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domingo, 21 de diciembre de 2014

El Solsticio de Invierno: el Regreso de la Luz


Solsticio es una palabra proveniente del latín solstitium. La palabra sol es evidente su significado y sistere significa quedarse quieto, permanecer. La propia palabra recoge toda la significación de este día. La noche del solsticio es la más larga del año. Durante un breve instante el sol parece quedarse quito. El mundo contiene el aliento ante la promesa de un nuevo renacimiento, el regreso de la luz.

Hoy os damos una idea de cómo celebrar este día mágico pero como sucede con la magia, cada uno ha de celebrarlo como lo sienta y añadir o quitar lo que considere. 

Colocamos un árbol en casa para decorarlo con luces y bolas de colores que simbolizan ese regreso de la luz. Colgamos cosas que encontramos en el bosque y simbolizamos con ello al pueblo mágico, aquel que se encuentra debajo de las colinas huecas. Es una forma de invitarles a entrar al calor de nuestro hogar. Cuando llega la hora exacta del atardecer, previamente habremos apagado todas las luces de la casa para despedir la oscuridad y hacer que ésta se marche del todo.  Cuando el sol desaparece tras el horizonte, encendemos de nuevo todas las velas o llamas sagradas que simbolizarán que el milagro de la luz se ha hecho un año más realidad. Es importante mantener una llama encendida mínimo hasta la media noche y siempre cerca de una ventana simbolizando nuestra hospitalidad hacia los espíritus de la luz.


Los brujos sabemos que las plantas y los árboles tienen espíritu, tienen alma. Es precioso salir al bosque y buscar un árbol especial, un árbol que nos llame. Acercarnos y dar tres toques en su tronco, llamando a su interior, a la dimensión donde se encuentran los habitantes del pueblo mágico. Es el momento adecuado y mágico para ofrecerles nuestras bendiciones y protección. Les decimos que ha regresado la luz y conectamos con ellos invitándoles a nuestros hogares y en definitiva a nuestra vida.

Cuando llegue el pueblo mágico a nuestra casa hemos de estar preparados para recibirles. Son las presencias resplandecientes. Simbolizan la abundancia, la presencia de la magia en nuestras vidas afianzando nuestras creencias. Esta noche ellos traen regalos a nuestros hogares, a nuestros espíritus y hemos de estar receptivos a su aparición y su presencia limpiando también nuestro corazón y permanecer con los sentidos atentos y vigilantes. Al encender vuestras velas, solicitar bendiciones para vuestras vidas y preguntad qué podéis hacer por ellos. No olvidéis que en estas fechas los regalos caen del cielo.


viernes, 7 de noviembre de 2014

Los Cuentos de Hadas y su verdadero Origen I



En Samhain hemos entrado en la Mitad Oscura del año, la zona de sombra donde ésta se manifiesta para hacerse notar y en determinados casos ser transmutada en otra cosa, algo más nutritivo que permita seguir avanzando a nuestro espíritu por las sendas de este mundo. Desde hace siglos, sobre todo en lo que a ciertas corrientes neopaganas atañe, se trata sistemáticamente de “borrar” esa sombra, lo oscuro que forma parte de la vida, aquello que es incómodo, cruel o violento y mostrarnos un mundo color de rosa que poco o nada tiene que ver con la realidad. Tratan de cercenarnos un conocimiento iniciático esencial para los brujos: la sabiduría que se oculta tras las sombras, aquella que hay que reconocer y enfrentar pues es aquel fiero dragón que nos muestran los viejos Cuentos de hadas al que el héroe, nosotros, hemos de enfrentarnos al menos una vez en la vida.
Lo que sucedió con los llamados Cuentos de Hadas fue lamentable ya que se eliminó su verdadera esencia, su propósito esencial, lo que desvelaban, como relataremos más adelante.
Los cuentos son fascinantes, mágicos e inspiradores, la esencia de la narrativa más pura, más directa, desgarrada y brutal. Las personas, al escuchar estos cuentos, grabamos sus mensajes a fuego en el alma con unas enseñanzas fundamentales que nos servirán para afrontar los grandes desafíos que encontraremos en nuestras vidas, sus injusticias, sus contradicciones y sus recompensas. Algunos cuentos de hadas están basados en leyendas que incorporaban una creencia espiritual de la cultura en la que se habían originado y eran contados para emular verdades que todo el mundo experimentaba pero que necesitaban ser contadas en voz alta, como una forma de exorcizarlas o simplemente de conocerlas.
Muchos Cuentos de hadas y las leyendas existentes tras ellos son de hecho versiones edulcoradas de hechos históricos que tuvieron lugar en tiempos remotos pero que resultan incómodos por lo violentos. La moral de estos cuentos era brutal y sus imágenes, cruentas y fuertes no podían ser borradas de la memoria como si no hubiese pasado nada.
A comienzos del siglo XIX, Jacob y Wilhelm Grimm, se decidieron  a recopilar historias que se transmitían oralmente en pueblos, aldeas y las regiones boscosas centro europeas. Ambos hermanos querían, como filólogos, preservar la tradición oral alemana que se perdía inexorablemente con el paso del tiempo. La primera colección de cuentos estaba basada en esos hechos reales que hemos mencionado. Pero hubieron de reinterpretarlos y dulcificarlos para poder vender los libros debido a la moral cristiana imperante.

Anterior a los hermanos Grimm encontramos a Charles Perrault, un escritor francés del siglo XVII que al igual que los Grimm, se decidió a recopilar los cuentos que se narraban entre la alta burguesía y la aristocracia. Creó así su famoso Los cuentos de Mamá Oca, recopilando estos cuentos de hadas y también versionándolos debido, de nuevo, a la moral cristiana. Como anécdota, diremos que estos cuentos nunca fueron dirigidos a un público infantil ya que en aquellos tiempos no se pensaba en los niños como un público potencial y no existía el género literario que hoy conocemos como literatura infantil.
La moralidad que estas historias contienen es más importante y reveladora que todos los dramáticos acontecimientos que tienen lugar en esos relatos. Son cuentos que advierten, que nos muestran el mundo tal cual es, sin ambages, sin mentiras. Donde no siempre ganan los “buenos” sino más bien lo contrario pero que, desde luego, nos trazan un mapa de los peligros de la vida, de los caminos que habremos de recorrer y nos aportan un legado valiosísimo para emprender esos caminos sin sufrir peligro o, al menos, evitando el máximo posible. Los finales felices que suceden en los cuentos infantiles son un insulto a la inteligencia. La gran maestra, Ana María Matute, escritora admiradísima, presentando en Barcelona la reedición de sus cuentos infantiles dijo lo siguiente: Caperucita Roja era una niña tonta, porque todos nos acostamos con el lobo, pero no lo confundimos con la abuela!” La moraleja de los cuentos tiene muchas lecturas y Caperucita se fio de un extraño pero además fue ingenua en exceso, lo que la condenó a muerte.
Matute tiene también un cuento interesantísimo llamado El verdadero final de la Bella Durmiente, donde nos enseña que el verdadero cuento, la verdadera historia comienza cuando el príncipe se lleva a Aurora a su castillo y a su reino. Nos cuenta la historia de cómo una joven ha de enfrentarse al mundo real y sus problemas, una vida en la que su príncipe azul no es tan dulce como le mostró en un principio y su nuevo reino no es tan maravilloso como se lo contaron.
Estos cuentos poseen la verdadera esencia de las antiguas tradiciones y cultos paganos que fueron, una vez, el libro de creencias de nuestros antepasados. Sus quehaceres y sus vidas estaban marcados por estos ritmos y mareas del tiempo que les mostraban como sucede todo, como todo se transmuta y se convierte en otra cosa siendo nosotros los catalizadores de todas esas fuerzas que habitan el mundo, aquellas que se esfuerzan en molestarnos, perturbarnos y arruinar el ecosistema y aquellas que se empeñan en lo contrario. Luz y oscuridad en un ciclo eterno que siempre se sucede, una y otra vez y en esa marea, nosotros, transformándonos y buscando las llamas del conocimiento en esa tiniebla o en la luz más resplandeciente.

A continuación copio un párrafo del libro Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés, psicoanalista junguiana y, tal como ella describe en su introducción, cantaora de cuentos. Una mujer que se ha dedicado a recopilar los cuentos de hadas originales de las tradiciones de culturas maravillosas como la mexicana, la de los países del este y centro de Europa y la región de los grandes lagos en los Estados Unidos. En este párrafo esta increíble mujer nos resume lo que realmente sucedió con los llamados Cuentos de hadas:
(…) En el caso de los hermanos Grimm (entre otros recopiladores de cuentos de hadas de los últimos siglos), hay poderosas sospechas de que sus confidentes (narradores de cuentos) de aquella época “purificaron” los relatos para no herir la susceptibilidad de los piadosos hermanos. A lo largo del tiempo, se superpusieron a los viejos símbolos paganos otros de carácter cristiano, de tal forma que el viejo curandero de un cuento se convirtió en una perversa bruja, un espíritu se transformó en un ángel, un velo de iniciación en un pañuelo o una niña llamada Bella (el nombre habitual de una criatura nacida durante el solsticio de verano) se rebautizó con el nombre de Schmerzenreich, Apenada. Los elementos sexuales se eliminaban. Las amables criaturas y animales se transmutaban a menudo en demonios y cocos.
De esta manera se perdieron muchos relatos didácticos sobre el sexo, el amor, el dinero, el matrimonio, el nacimiento, la muerte y la transformación. De esta manera se borraron también los cuentos de hadas y los mitos que explican los antiguos misterios de las mujeres. Casi todas las viejas colecciones de cuentos de hadas y mitos que hoy en día se conservan se han expurgado de todo lo escatológico, lo sexual, lo perverso (incluso las advertencias contra todas estas cosas), lo precristiano, lo femenino, las diosas, los ritos de iniciación, los remedios para los distintos trastornos psicológicos y las instrucciones para los arrobamientos espirituales.
Mujeres que corren con los lobos. Introducción. Clarissa Pinkola Estés. Ediciones B. 2005.

En otro post veremos algunos de los cuentos originales tradicionales y sus diferencias esenciales con los cuentos que nos contaron de niños. 

martes, 9 de septiembre de 2014

Los Árboles de las Hadas II


Árbol de hadas. Fitzroy Gardens, Melbourne 

Todos los árboles están habitados por un espíritu, el espíritu del árbol que, como vimos el otro día, recibe muchos nombres. Los Pookas, Cluricaunes o las misteriosas damas vestidas de blanco suelen aparecer cerca de estos árboles y de determinados arbustos. Es imposible recoger todos los nombres de estos misteriosos seres que aparecen cerca de estos árboles llamados Fairy trees o los Árboles de las hadas. Mucha gente no se atreve a pasar de noche cerca de uno de estos árboles y son numerosas las historias de personas que han desaparecido en su cercanía. También son numerosas las historias que han tenido estados alterados de conciencia y otros tipos de experiencias numinosas sentados bajo sus ramas.

También son numerosas las tradiciones populares dadas a decorar los árboles y sus ramas en las principales fiestas relacionadas con el ajetreo agrícola. La gente cuelga de sus ramas pañuelos, cencerros o campanas, cintas de colores y cristales para honrar al espíritu del árbol. Un espíritu que ayudaba a los humanos a mantener el entorno limpio de energías e influencias indeseables y un espíritu que, a su vez, necesitaba la ayuda humana pues los árboles, aunque fuertes y poderosos, son también muy vulnerables a la acción humana.

Si viajáis a cualquier lugar e indagáis un poco en sus tradiciones, encontraréis sorprendentes leyendas relacionadas con los árboles. Y sin entrar en detalles, seguro que todos recordamos lo que hacemos cuando llegan las fiestas del Solsticio de invierno, las Saturnalia, conocidas como Navidad. Nos gusta decorar abetos, llenarlos de bolas de cristal de colores, de piñas, cintas, objetos comestibles, estrellas… Antiguamente, antes de la llegada del malhadado cristianismo, en la copa del árbol no se colocaba un ángel, seres insisto, de dudosísimas cualidades éticas para con los humanos, sino que se colocaba a un espíritu de la naturaleza, a un hada representando el triunfo del espíritu de la luz frente al espíritu de la oscuridad. Eran las noches del solsticio de invierno, cuando la noche más larga del año anunciaba la llegada de la luz al mundo, días más largos y noches cada vez más cortas.


Incluso existen cultos asociados a la magia de los árboles y los espíritus. Hay culturas que han guardado con más mimo su alma pagana que otras. Tal es el caso de los países anglosajones o germanos. Y como muestra, un botón. En el año 1.999 se planificó la construcción de una autopista que iría desde Limerick a Galway. Su construcción tuvo que demorarse diez años debido a que un espino crecía justo donde debía ir la autopista. Las gentes locales se opusieron con fuerza a que talasen el árbol debido a que era bien conocido por ser un árbol de hadas. Finalmente, la carretera fue desplazada unos metros para evitar que el espino fuese talado.

Precisamente el espino es un árbol con mucha tradición feérica. Hay mucho folklore asociado a que alrededor de este árbol se reúnen las hadas y muchos tabúes sobre cortarlo o llevarlo al interior. Son árboles entrada. O bien porque señalan importantes lugares telúricos para acceder al Elphame o bien porque las propiedades de sus hojas propician algún tipo de estado alterado de conciencia.


Además del espino, existen árboles asociados al mundo de las hadas y que están íntimamente asociados con ellas: roble, fresno, manzano, abedul, encina, avellano, aliso, serbal, saúco y tejo. Si bien en todos los árboles habita un espíritu y pueden verse hadas, son éstos los árboles que más tradición arrastran y cuando la tradición habla, hemos de pararnos a escuchar lo que ésta nos quiere decir realmente. Iremos viendo en el blog las propiedades mágicas de estos árboles.

Los Árboles de las Hadas II - (c) - Marta Ruescas

lunes, 1 de septiembre de 2014

Los Árboles de las Hadas I


Los árboles viven muchos años, muchos más que nosotros. Algunos pueden ser milenarios, pero lo que no cabe duda es de que nos precedieron. Ellos estaban mucho antes de que los seres humanos comenzásemos a poblar este planeta. Son seres antiguos, sabios, sensibles aunque fuertes y poderosos. Son los habitantes del bosque, auténticos seres vivos que se comunican con nosotros si sabemos escuchar, si sabemos bajar el ritmo frenético en el que vivimos. Fueron venerados por los antiguos porque eran herederos de un antiguo conocimiento que comprendía que cada árbol guarda en su interior un espíritu de la naturaleza.

Los árboles eran oráculos y antiguos hombres y mujeres de sabiduría sabían interpretar sus “palabras”: el graznido de los cuervos encima de sus copas, el susurro de las hojas al ser agitadas por el viento o por la brisa, las formas de sus ramas al recortarse contra la luna llena... Existe una realidad que se manifiesta constantemente pero que muchos, la mayoría, no pueden ver. Pero hubo gentes que sí la conocían y llenaban el bosque, los campos y las veredas de ofrendas, tan variadas como son los espíritus. En ocasiones, colgaban recipientes de cobre entre las ramas de según que árbol y éstas sonaban al chocar transmitendo mensajes a aquellos que sí los entendían.

Los celtas veneraban las arboledas y las ceremonias religiosas tenían lugar en aquellos lugares. Los antiguos germanos adoraban a sus espíritus en los claros del bosque erigiendo en ellos piedras y colocando flores y dejando sus pertenencias. Eran ofrendas a los espíritus del claro. Por toda Galicia, en la espesura del bosque, encontramos este tipo de construcciones, precisamente en zonas donde se asentó la cultura celta.

En los lugares más inexpugnables de los bosques se encuentran misteriosos monumentos hechos en piedra. Algunos representan rostros sin boca, otros tienen una boca excesivamente abierta pero no tienen ojos, tallados en la roca vemos a seres encapuchados, en otros, extraños signos parecen desafiar nuestro entendimiento… Como explica magistralmente el antropólogo José Luis Cardero: […] Y no dejemos de recordar que todos estos monumentos y estructuras de piedra, a veces recubiertos con una gruesa capa de tierra y vegetación, son entradas muy comunes, conocidas y privilegiadas para acceder al Más Allá.

Los árboles siempre han protegido esos lugares. O quizá sea su misma presencia la que señala estas zonas ventana donde se ven cosas, donde desaparece gente, donde hay extrañas luces que iluminan de noche los caminos. Las alineaciones de árboles, si se sabe mirar, señalan y advierten de aquellos lugares donde no debemos entrar y señalan aquellos que traen bondades al ser humano.

Los espíritus de la naturaleza, las hadas y elfos, como así recoge el folklore de la mayoría de las culturas de la Tierra, están asociados con los árboles. Cada árbol está animado con un espíritu al que los griegos llamaban dríades aunque reciben muy diversos nombres: Damas Verdes, Damas Blancas, Doncellas del Musgo…   Cada árbol es un ser vivo y cada uno está insuflado por un espíritu. Así encontraremos árboles masculinos, árboles femeninos y si aprendemos a escuchar, hasta conoceremos el nombre del espíritu que lo habita. Pero eso no es fácil.

“Tocar madera” es la frase típica para ahuyentar el ataque de las fuerzas indeseadas. Los árboles nos conectan directamente con el reino de los espíritus de la naturaleza. Ellos se encuentran allí donde los árboles crecen juntos. Asimismo, un árbol solitario en medio de la nada, es también un árbol de hadas pues estas viven en aquellos lugares que rompen la monotonía de un paisaje: un conjunto de piedras con unos pocos árboles, un río y su vereda, un claro del bosque… todos aquellos lugares que rompen la uniformidad del entorno son lugares habitados por los espíritus. Son lugares donde hay mucho folklore que nos relata encuentros con estos seres mágicos y vivencias muy fuera de lo común.


En algunos árboles, la gente cuelga pañuelos o trozos de tela donde previamente ha escrito un deseo: la pronta recuperación de un ser querido, protección, buena cosecha, abundancia... Los dejaban a la intemperie hasta que los elementos los dejaban raídos y viejos. Esa era la señal de que el deseo se cumpliría. Los espíritus había recogido el deseo y se lo habían llevado a un lugar donde todo se pondría en marcha para otorgar ese bien a quien lo pedía.


Existen una serie de árboles que están especialmente asociados con las hadas. Haremos un breve recorrido por algunos de ellos, dedicándoles más adelante, más tiempo para cada uno ya que son árboles muy especiales, mágicos e íntimamente legados con el pueblo de las hadas y de los elfos.

Continuará...

Después de este descanso estival, retomamos la actividad cotidiana del blog donde volveremos a un ritmo más continuado. Espero que hayáis tenido buen verano y como siempre, os agradezco que estéis ahí. 

Los Árboles de las Hadas - (c) - Marta Ruescas

martes, 8 de julio de 2014

Los Misteriosos Seres Encapuchados

Estatuilla greco-romana
Genius cucullatus

Son conocidos con su nombre latino, Genii Cucullati, plural de Genio Cucullato o “genio encapuchado”.

Por toda Gran Bretaña y la Galia francesa existen pequeñas piezas de altar en piedra donde están representadas unas figuras votivas talladas en la misma piedra y en ocasiones en bronce, de género masculino si bien no se puede asegurar, que llevan una capa y una capucha. En ocasiones se representa un ser encapuchado pero en muchas ocasiones, sobre todo en Inglaterra, aparecen de tres en tres siempre.

Si bien estas figuras se asemejan al dios greco-romano Telesforo, ayudante encapuchado de Asclepio, dios romano de la medicina, el genio cucullatus ha sido reconocido como un ser peculiar y propio de las culturas celtas.

Estos misteriosos seres encapuchados provienen de la tradición popular, espíritus menores conectados con la sabiduría popular, los ritos agrícolas y la sanación. Invocados y honrados siempre por las clases populares. Quizá porque las caperuzas y las capas a lo largo de la historia son utilizadas por espíritus, demonios o dioses lares, nunca por dioses mayores. Así que, se piensa que probablemente esos seres encapuchados que recorrían los caminos no transitados en la noche, eran seres a los que se les pedían favores de protección, cuidados de las cosechas y todas aquellas actividades cotidianas de la vida campesina.  



Aparecen en los Cuentos de hadas como enanos, gnomos o brownies. Quizá no sean lo mismo, pero se asemejan y, desde luego tienen mucho en común pues todo lo que nos ha llegado de ellos en el folklore nos habla de que eran deidades de la Madre Tierra y espíritus asociados al quehacer del hombre y a la actividad de las casas. En esencia espíritus guardianes. Esto entronca con las leyendas de brownies que vivían incluso en casas y mansiones como aseguran numerosos testimonios de gentes que llegaron a verlos y a convivir con ellos en unos tiempos que se han perdido en el tiempo y han sido enturbiados con la ofuscación del academicismo más radical.

Es muy famoso el caso de Loch Fyne, en Escocia. Dedicamos un post a esta bonita historia. John Brand, un anticuario inglés que se dedicó a recopilar las crónicas de su pueblo contaba: No hace demasiado tiempo, toda familia de cierta enjundia en estas islas estaba encantada por un espíritu al que llamaban Browny y que hacía distintos tipos de trabajos; Y esta fue la razón por la cual las familias para las que trabajaba le hacían ofrendas de los distintos productos que daba la tierra. Así, muchos, cuando el browny batía su leche o fabricaba su cerveza, echaban leche en el agujero de una piedra para que la pudiese beber. La llamaban La piedra del browny. Pero en los últimos veinte o treinta años apenas ya se le ha visto. En contadas ocasiones.

Según Ellis Davidson, académica inglesa y estudiosa del paganismo europeo, afirma en su libro Dioses y mitos en la Europa septentrional que “es evidente que el genius cucullatus es la imagen de un espíritu guardián conectado con el mundo natural, íntimamente ligado a granjas y fincas de labranza. Guardaban el ganado, ayudaban en los establos y asistían al granjero en las labores de la tierra y en la cosecha del cereal y eran cuidados por la gente como seres beneficiosos de la familia”.

Museo de León. España

Si bien el folklore está lleno de testimonios de encuentros con seres encapuchados, vestidos de negro y normalmente de elevada estatura, no creo que éste sea el caso. Estos casos se siguen produciendo pero considero que son otro tipo de seres, no benéficos. En la naturaleza existen espíritus y seres que no son beneficiosos para el hombre, dándose casos de ataques violentos.

Hace unos meses hablamos de los Espíritus del territorio. Aquellos espíritus ligados a la naturaleza que trabajaban íntimamente con nosotros en un tiempo que los podíamos ver y ellos a nosotros. Un tiempo en el que las conexiones sagradas seguían intactas. Aquella época en que las luces y los seres más extraños recorrían los bosques y los caminos. Antes de que la “ciencia”, por llamarla de alguna manera, los convirtiese en mito y las recopilaciones de cuentos y tradiciones orales en ángeles anodinos en el mejor de los casos y en el peor, ángeles, seres de dudoso proceder.

Spirit in a Hood, espíritu con capucha… No sabemos bien quiénes eran esos encapuchados. Pero sí sabemos que eran esos espíritus que guardan cualquier territorio y que siempre estuvieron allí, aunque nosotros hayamos construido e invadido sus territorios con nuestras ciudades. Creer en ellos es la llave para verlos. La realidad es mágica pero depende de uno verla así o no.


jueves, 4 de julio de 2013

Hadas y Brujas II


Hace muchos años, aunque no tantos como podamos pensar, el hecho de ver a las Fae, a las hadas u otros reinos era celebrado por la comunidad. Se consideraba que las personas que podían viajar entre los mundos eran personas que estaban imbuidas por “algo” especial.
Según el folklore, para mí un enorme océano de verdades camufladas, no todo el mundo puede ver a las Fae. Antiguamente, a las personas que podían ver los reinos invisibles se decía que tenían la capacidad de la visión, un don. Este concepto entronca con la eterna discusión sobre si un brujo nace o se hace. Después de años de práctica, me inclino a pensar y a afirmar que un brujo del cerco nace siéndolo. Que la herencia bruja es la capacidad innata que tienen algunas personas para visitar el “Otro Mundo”, una habilidad chamánica heredada.

Existe un texto escrito por Daniel Schulke que compartí con todos vosotros en este blog hace ya algún tiempo y que dice así:

La Herencia Espiritual del Ángel Brillante, conocida por algunos como “Sangre Bruja” y por otros como “Hijos e Hijas de la Luz”, es la sensibilidad y la libre interacción con el Mundo de los Espíritus que recibe el nombre de hechicería. La fuente oculta del Jardín del Placer fluye con la sangre de las Hadas y se nutre con su poder: cuando alguien invoca a los guardianes del Edén de Medianoche, los repiques de esta sagrada Herencia resuenan dentro mismo de la brújula del tiempo, y la Luz es convocada desde el primer instante de la Iluminación.


El que camina entre los mundos es un chamán. El brujo del cerco, simbólicamente salta el cerco y se adentra en los desconocidos paisajes del otro mundo. Los chamanes tienen el alma hecha de fuego, por eso son capaces de volar al otro mundo y son incapaces de aferrarse solo a esta realidad. De hecho las personas que pueden ver a las hadas son conocidas como “hadas” o “Hijos e Hijas de las Hadas”. Son innumerables los relatos de las relaciones entre hadas y humanos, a veces positivas y a veces negativas, pero siempre enriquecedoras.

Esos númenes de los que empecé a hablar el otro día son en gran parte Fae, otros no. Los brujos del cerco trabajamos con ese tipo de fuerzas que son inherentes al planeta, que son extrañas, que se manifiestan dentro y fuera del Compás y que el mero hecho de esperar su aparición hace que te transformes.

Si eres un brujo del cerco, lo sabrás. No hace falta que nadie te lo diga pues desde pequeño llevas cruzando hacia ese mundo y muchas veces incluso te sientes más seguro que en éste. Siempre has sentido la necesidad de estar solo, no te gusta lo que a los demás les encanta, te haces preguntas en las que nadie más pensaría, ves destellos en la oscuridad, sientes que los espíritus te rodean, te quedas dormido mientras ves como pequeñas luces, a modo de guirnaldas, se ven entre los árboles, te gustan los colores vivos y brillantes, defiendes el derecho a la ebriedad, eres incapaz de cumplir las normas, eres anárquico, pero lo más importante es que desde niño, sin que nadie te lo haya enseñado, cierras los ojos y saltas hacia ese otro mundo sin ayuda de enteógenos, sin sonidos, sin ayunos…

"Este tipo de personas, brujos del cerco y chamanes, no solo siguen encontrándose en diversos pueblos de la tierra", como dice el antropólogo José Luis Cardero en su interesantísimo blog, "sino que se reparten no solo por el espacio sino por el tiempo. Son especialistas muy antiguos en la historia humana. Probablemente mucho más antiguos de lo que podamos imaginar". (José L. Cardero).

Siempre aparecerá un chamán a rescatarte si te encuentras incómodo, sintiendo que algo te falta, cuando más te sientes un alien en este mundo, cuando buscas... No esperes que sea alguien físico en el sentido de tangible sino que muy probablemente, casi con toda seguridad, venga a buscarte un chamán viajando con su mente en el tiempo para despertarte del letargo, recordarte tu poder y decirte que sigas corriendo pues esta sangre, la sangre bruja, no se puede perder bajo ningún concepto y menos ahora.

Espero que os haya gustado este post. Me he dejado llevar por la poesía, pero os diré que el Arte tiene mucho de eso. A veces, la mejor forma de transmitir lo que de verdad es la Brujería es a través de símbolos y de la escritura creativa pues podríamos decir que la brujería es, entre otras cosas, un lenguaje del alma. La sientes dentro, la llevas dentro y si quieres descubrir alguno de sus secretos, no puedes elegir otra forma de expresión que la creativa. 

jueves, 20 de junio de 2013

Hadas y Brujas. Parte I


En brujería del cerco no tenemos dioses a los que honrar, hacer libaciones, peticiones o algún tipo de sacrificio. Yo no reconozco a ningún dios pues nunca me he fiado de ninguna de esas entidades. Mi Arte no se basa en ese misterioso toma y daca: yo te ofrendo y te entrego y tú me das poder. Siempre he trabajado, obteniendo muy buenos resultados, sin entregar nada a los dioses. Nunca me he inclinado ante ninguno de ellos y nunca lo haré. En mi casa no tienen altar, nunca les ofrezco nada y menos les he rezado.

Sí creo, o la brujería del cerco cree, en las fuerzas sagradas de la naturaleza, en los númenes, en ese Viejo Espíritu que siempre ha estado aquí, con nosotros: el viento que recorre praderas y montañas, la fuerza del agua, el calor del sol, la magia de la luna… pero esa es la parte aparente, nosotros, los brujos del cerco, creemos en lo que está aún más allá. Aquello que no se ve pero que está ahí y que nos ha acompañado siempre. Lo que nunca te pide nada a cambio. Reciben muchos nombres y por supuesto, en este blog iremos hablando de ellos.

Una de los asuntos más importantes es nuestra relación con las hadas y los duendes, con las Fae, como así las conocemos. Los habitantes que se encuentran debajo de las colinas huecas, aquellos que surgen y regresan siempre a lo numinoso. Son el Pueblo Tranquilo, la fuerza determinante de nuestra hechicería. Nuestra sangre, la de los brujos, es su sangre también.

Hace tiempo, nos remontamos a antes de la I Guerra Mundial, cada pueblo, cada aldea y cada bosque tenía una mujer sabia u hombre de astucia que tenía tratos con el Pueblo Salvaje, el pueblo de las Fae, las hadas. Su trabajo consistía en mantener la balanza entre los humanos y el mundo de las Fae, de mediar con los espíritus, de solicitar bendiciones para obtener buenas cosechas, de reparar cualquier daño hecho en la relación con los humanos, de aplacar las maldiciones, de curar y quitar maleficios. Estos hombres y mujeres eran los herederos del mundo antiguo. Individuos que tenían un don, que eran capaces de viajar al Mundo de los Espíritus.

Con el paso del tiempo, estas personas fueron llamadas Brujas, en inglés Witches, palabra que proviene del antiguo sajón, Wicce, sabio.

Si leemos e investigamos el folklore de muchos pueblos de la Tierra, descubrimos que las brujas y las hadas suelen tener siempre los mismos poderes o poderes similares: ambos usan la Magia y ambos pueden bendecir o maldecir.

La famosa bruja Biddy Early (1798-1874) insistía en que sus poderes provenían de las Fae. Solía utilizar una botella con un extraño líquido oscuro que aseguraba que se la habían entregado las hadas. Utilizaba la botella para curar y para profetizar. A su muerte en 1874, la botella fue arrojada a un lago para que nadie hiciese un mal uso de ella.

Los antiguos brujos y brujas trabajaban su Arte en colaboración con el Pueblo Salvaje. Existen muchas, muchísimas evidencias de esto en los procesos brujeriles; los acusados trataban en vano de convencer a los jueces de que sus poderes provenían de las hadas y no de demonios.

La asociación de las hadas y las brujas se extiende por todo el mundo, no solamente en el ámbito cultural celta. Hay personas que piensan que la Fairy Faith proviene del mundo anglosajón, con fuerte influencia celta, pero eso no obedece a la realidad. El Trato con las hadas o Culto a las hadas se da en muchas partes del planeta, puntos que no han tenido ningún contacto con el ámbito cultural celta. Como muestra, un botón: en ciertas partes de Europa oriental las brujas son llamadas Vilenice, palabra que significa La que trata con las hadas.

La mayoría de las personas viven ajenas a la presencia y notable existencia del Otro Mundo, aquel que se enciende cuando apagamos la luz. La inmensa mayoría ha olvidado cómo ver aquel mundo, tan real o incluso más que esta Matrix en la que vivimos. Cuando éramos pequeños podíamos verlas y hablar con ellas, muchos lo han olvidado. Lo olvidamos porque los adultos nos repitieron hasta la saciedad que aquello solo era nuestra imaginación. Nos dijeron que lo importante era el mundo material y cuando crecimos, nuestro trabajo, mantener una familia y ganarnos la vida hizo que olvidásemos el otro mundo hasta que algo o alguien, si ese es nuestro camino, nos hace recordar.


(Continuará…)

miércoles, 6 de febrero de 2013

El Lago Fyne y su Brownie



Hoy os voy a contar una historia peculiar. La historia de Loch Fyne ("loch", en escocés, significa "lago") y su Brownie. Y que nadie dude que esta historia que voy a relatar no sea real. Por si no lo sabéis, las crónicas de toda Europa, sobre todo del norte y de centro Europa reflejan centenares de testimonios de personas que, no digo que vieron si no que convivieron con estos personajes que la gente ha encerrado en el territorio de los cuentos o de la imaginación. Pero en la brujería del cerco tenemos muy en cuenta a estos misteriosos seres que tantos nombres reciben: Habitantes del Elphame, Los InvisiblesLos Extraños Vecinos, Los habitantes de las Colinas Huecas, las Fae...


John Brand fue un anticuario inglés que se dedicó a recopilar las costumbres populares, supersticiones y creencias de Gran Bretaña crónicas deliciosas: Popular Antiquities of Great Britain. En ellas se hizo eco de todas las costumbres de los pueblos que crecieron en los bellos paisajes británicos cuando el mundo industrializado no había invadido las misteriosas y luminosas tierras de los duendes. Antes de que estos tuviesen que marcharse hacia donde algún día contaré.


Cuenta Brand que... No hace demasiado tiempo, toda familia de cierta enjundia en estas islas estaba encantada por un espíritu al que llamaban Browny y que hacía distintos tipos de trabajos; Y esta fue la razón por la cual las familias para las que trabajaba le hacían ofrendas de los distintos productos que daba la tierra. Así, muchos, cuando el browny batía su leche o fabricaba su cerveza, echaban leche en el agujero de una piedra para que la pudiese beber. La llamaban La piedra del browny. Pero en los últimos veinte o treinta años apenas ya se le ha visto. En contadas ocasiones.


Incluso el rey James VI de Escocia, en su obra Daemonology, relata que En muchas familias aparecía un hombre de apariencia ruda y basta, moreno de piel, que encantaba sus casas sin causar ningún mal y ayudando en las tareas domésticas. Por supuesto el nombre de los deliciosos brownies de chocolate viene porque estos duendes son un poco toscos, bajitos, con la piel arrugada como una patata y muy simpáticos y dulces.

Es curioso como ya en 1.703 los duendes empezaban a batirse en retirada. Su presencia continua y real, dejó de serlo. Y haciendo referencia a estas crónicas reales sobre la presencia de estos duendes llamados brownies, recojo el testimonio de un descendiente de uno de los clanes más antiguos de Escocia, el clan de los MacLachlan.


Esta familia vivió en un castillo en las orillas de Loch Fyne, en Escocia. Este hombre nos cuenta que a menudo, durante su infancia, vio al brownie de su familia, en cierta habitación situada en el último piso del castillo de Lachlan, en las orillas del lago. Lleno de miedo, huyó y luego preguntó a su tía quién era ese extraño personaje que vivía solo allá arriba. A lo que su tía respondió sin darle importancia: Oh, no es nada. Es sólo el fantasma.

Estas son las ruinas del castillo de Lachlan. Imaginaos que una de estas ventanas era la habitación donde residía el Brownie de la familia... Y que este castillo y este lago fueron testigos de uno de los últimos duendes que se dejaron ver por el hombre. Creo que esto debería hacernos reflexionar a todos...


miércoles, 30 de enero de 2013

Los Espíritus del Territorio




Hoy haré una pequeña introducción a algo con lo que trabajamos en la brujería del cerco. Se trata de los Espíritus del territorio, espíritus de la naturaleza con los que habremos de trabajar codo con codo si queremos que nuestros trabajos mágicos “funcionen” para nuestro bien y el de todos, ellos incluidos.

En la antigua Roma se honraba a los llamados Dioses Lares. Estos “dioses” eran deidades guardianas de la antigua religión romana. Para el pueblo romano eran los guardianes de los campos, de las chimeneas, de las fronteras, de los cruces de caminos, de las casas, de las ciudades y hasta de los vecindarios.

Pero no solo en la religión romana sino que en la Brujería tradicional y especialmente en la Brujería del Cerco creemos en la existencia de unos seres numinosos que existen en ciertos lugares, que están ahí para proteger e influenciar todo lo que sucede dentro de las fronteras de sus reinos. Ellos son los númenes, espíritus de la naturaleza cuyos dominios traspasan los nuestros, que no lo son tal.

Estos espíritus del territorio no son adorados en recintos cerrados sino al aire libre: un pequeño pasto, un grupo de rocas, una extraña elevación del terreno, un territorio inusualmente frondoso... ¡Ah sí! Las Fae se encuentran allí donde los árboles crecen juntos... Se ven cuando te adentras por estos campos castellanos o subes más al norte y te adentras en territorio gallego encontrando reminiscencias de estos dioses allá por donde vas y no ha llegado la mano del hombre... Aquellos caminos apenas dibujados en un bosque que conducen hasta una gran piedra con ininteligibles marcas realizadas en ella. Más allá de la piedra no continúa el camino. ¿Una advertencia? ¿Una señal de que están ahí ?


Sí, lo están. Existen y preservan el territorio. Están asociados a una tierra, un territorio y mantienen el orden natural. El brujo o la bruja del cerco lo saben y por eso, cuando te trasladas a vivir a otro sitio, has de entrar en contacto con ellos y presentarles tus respetos y tu saludo bondadoso.

Energías que surgen de las profundidades de la tierra y que a su vez condicionan las características del territorio. Los espíritus son llamados por la tradición El Pueblo Escondido o Los Extraños. En alemán lo llaman Das stille Volk (el pueblo tranquilo). Son los poderes que emanan los antiguos bosques y los lugares poco transitados. Quizá trasciendan a las propias Fae… Los antiguos brujos sabían de estos poderes, los conocían y los trataban con conocimientos que hoy en día nos podrían parecer sobrenaturales o simplemente cuentos de hadas. Hablo de aquellos ensalmos, hechizos y palabras mágicas que eran transmitidos oralmente en los cerrados contornos de una tradición brujil y que consiguen apaciguar a un Hombre Rojo, un espíritu un tanto perturbador o hacer amistad con el sagrado Espíritu de un lugar.

Hablaremos poco a poco de estos seres y de su mundo. 


Los espíritus de las rocas
Montañas del Harz. Monte Brocken

lunes, 14 de enero de 2013

Los cuervos, animales de buen augurio



Feathers and Tinctures” by Tracy J. Butler

En el imaginario colectivo encontramos la imagen de una vieja bruja en su vieja y atestada cabaña. Un caldero humeante, la escoba en la puerta, un libro de hechizos y la vieja bruja echando animales vivos en el burbujeante caldero. A su lado, posado en una viga de madera, un cuervo negro que no pierde ojo de lo que hace y que jamás se separa de ella.

Sobre los cuervos hay numerosos dichos populares negativos que lo asocian con la muerte y la desgracia, algo parecido de lo que ocurre con los gatos negros. En la cultura popular se cree que ver volar un cuervo o soñar con él es un mal presagio. Si se le escucha graznar es señal de una muerte próxima. Si un cuervo sobrevuela una casa, traerá mala suerte a sus moradores. Pero como suele suceder en todo lo relacionado con la brujería, nada más lejos de la realidad.

El cuervo es un animal asociado a la brujería. De hecho es uno de los “familiares” de las brujas. En el próximo post hablaré sobre este interesante tema de los “familiares”. Su inteligencia le convierte en uno de los animales más mágicos que existen. Las brujas los utilizamos como oráculo, seres que transmiten conocimiento e información a niveles muy sutiles. Pero una bruja del cerco jamás pensará que un cuervo es señal de mal augurio. La brujería, entre otras muchas cosas, te enseña a descubrir verdades que siempre te dijeron que no existían porque eran leyendas o cuentos.


Un cuervo es un heraldo de poderosos secretos. Un mensajero del Elphame, el país de las Fae, así que su principal ocupación es la de guardar y comunicar profundos misterios. Un guardián de recuerdos ancestrales cuya sabiduría es legendaria. Es un animal sabio por lo que se le relaciona con el poder mental, con el pensamiento y con la sabiduría. Los celtas lo vieron siempre como señal de buen augurio.

Así que cuando veas un cuervo negro posarse en tu ventana, parado en medio de la carretera justo en tu carril, o mirándote desde las desnudas ramas de un árbol, no lo interpretes como señal de mal augurio. Por el contrario, agradécele. Una bruja del cerco sabe distinguir esas “señales”. Cuando aprendas, con la práctica, conocerás y sabrás interpretar esas señales. 

lunes, 31 de diciembre de 2012

Dríades, espíritus de los árboles



Los árboles siempre han sido sagrados para todos aquellos pueblos que vivieron en permanente contacto con la naturaleza. Adentrarse en un bosque era una aventura, una hazaña que sólo había de ser realizada por los Cunning Men and Women, Hombres y Mujeres de Astucia, como así eran conocidos los Curanderos, o por los mismos Brujos, conocedores del Elphame, el Reino que se extiende bajo las colinas huecas.

En el folklore de muchos pueblos encontramos todo tipo de cuentos acerca de seres de la naturaleza. Habitantes extraños de un mundo no menos extraño. Demasiadas historias para pensar que es un mito. En Brujería del Cerco creemos en la existencia de estos seres porque no en vano la brujería trabaja estrechamente ligada a estos seres y fuerzas de la naturaleza. Como he dicho, estas leyendas tan prolíficas a lo largo de la Vieja Europa no son producto de la casualidad o de la fértil imaginación de los aldeanos. Son muy numerosos los testimonios sobre este tipo de acontecimientos y sobre la presencia de habitantes invisibles que durante muchos siglos fueron incluso vistos por todas las gentes que vivían en entornos rurales. ¿Imaginación? En absoluto.

Hoy hablaremos de las Dríades.

En todo árbol habita un espíritu, un evolucionado ser de la naturaleza. Son las llamados Espíritus de los árboles, cuya vida dura lo mismo que la del árbol que habita. Son seres de gran belleza, altos y esbeltos. Tienen los ojos dorados, como hechos de sabia del propio árbol. Nos hablan a través de los movimientos del árbol que habitan. Por eso cada árbol es especial y por eso, cada uno tiene una personalidad. Solo quien sabe observar es consciente de esta magia.

Hubo una vez una encina en un enorme y bello jardín. Su tronco y sus ramas eran frondosos y rezumaban vida. Una noche, mientras una mujer se hallaba sentada a sus pies pues se encontraba cansada, se le ocurrió recostar su cabeza sobre el rugoso y suave tronco de la imponente encina. Cuál no sería su sorpresa cuando pudo ver que el tronco se convertía en una altísima y esbelta mujer. Tenía el cabello corto y negro como el carbón, sus ojos, almendrados, eran dorados y cálidos, haciendo juego con la capa que envolvía un vestido blanco que arrastraba por el suelo. Aquel misterioso ser le dijo su nombre. De esa manera supo que aquella hermosa encina que desde siempre había habitado su jardín, era un ser vivo y consciente y descubrió maravillada que el espíritu de aquel árbol acababa de comunicarse con ella.


Una Dríade es el espíritu de una planta o de un árbol. Son esquivas, como todos los seres de la naturaleza. Su esencia es la que hace que el árbol que habita capte las energías cósmicas y las baje a la tierra, hacia la serpiente telúrica o Nwyvre. Ese espíritu es la confluencia de esas dos potentes energías por eso es uno de los seres más evolucionados del Elphame. Y por eso también, los árboles son seres dotados de una gran fuerza, vitalidad y antigua sabiduría. Resplandecen en la oscuridad solo cuando uno sabe escuchar y ver con los ojos del espíritu.

En Brujería del Cerco existe una fuerte interacción con los habitantes del Elphame. Estos son los seres de la naturaleza: hadas, elfos, duendes, gnomos, etc. Existe un mundo invisible que desde siempre ha hechizado a la humanidad. Es otra dimensión, otro ámbito de experiencia sorprendente y mágico que si se busca, se encuentra. Siempre estuvo ahí y durante un tiempo muchos fueron los que lo vieron y ahora solo lo hacen los que trabajan el Viejo Arte. Quizá esto es así porque hubo un tiempo en que el Arte fluía solo, a través de la sangre y del quehacer cotidiano. Hoy lo tenemos que invocar pero podemos aprender a recuperarlo simplemente teniéndolo en cuenta, contando con su presencia.

Busca un árbol que te llame la atención. Si entre cien árboles te fijas solo en uno, no pienses que es capricho o que lo has elegido aleatoriamente. No, no es así. Ese árbol te ha elegido a ti, mejor dicho, la dríade que lo habita te ha llamado. Como hemos roto hace tiempo la conexión con lo natural, creerás que es fruto de la casualidad pero ella ha apelado a ese canal dormido que tenemos con ese mundo y que lleva desde hace tanto tiempo cerrado. Sería bello que te acercases y comenzases a entregarle preciosas ofrendas de flores, ramas, piedras, plumas y todo aquello que te parezca una bonita ofrenda para él. No te cierres ni prejuzgues. Solo escucha y estate atento.


Termino este año con un post dedicado a los cercanos habitantes del Elphame. Así espero y os deseo a todos que este año entrante, 2013, os traiga Magia y Abundancia y que despierte en todos aquellos que habéis sentido la llamada de la Hechicería, la Vieja Sabiduría.

¡FELIZ 2013!