Sobre mí

Me llamo Marta Ruescas. Soy pagana y dentro del paganismo sigo la senda de la brujería tradicional, especialmente la recensión de la Brujería del Cerco. La brujería es para mí mi oficio y además un camino espiritual. 

Un camino de transformación interna, de transmutación, de profunda alquimia mental. Es una forma espiritual que encaja perfectamente con mi forma de ser ya que la brujería permite que mi creatividad surja y se desarrolle: los rituales y los hechizos los suelo escribir yo, no los busco en grimorios ni en internet. A veces sí he consultado y usado grimorios pero creo que los rituales son más efectivos cuando uno los diseña y los construye con sus propias manos.

El Viejo Oficio se lleva en el alma y así ha sido para mí. Me llamó y yo he respondido.

Además soy escritora aunque no vivo de ello todavía. He publicado artículos en revistas como Más Allá de la Ciencia, Año Cero y Enigmas. 

Yo, humildemente, y aprendiendo siempre, me dedico a buscar en mi alma y encontrar aquellos puntos inactivos de la psique para devolverlos a la vida. Todo aquello que se nos ha prohibido a los seres humanos, todo aquello que se nos ha dicho que no existe. Mis escritos hablan del mundo invisible, de dimensiones desconocidas que convierten la realidad en algo más, en algo mucho más rico y profundo de lo que podamos pensar. No sé si lo consigo, pero esa es mi intención cuando escribo, como pagana y como escritora. Creo que el objetivo de todo ser humano ha de ser unir corazón, mente y esfuerzo con equilibrio y ecuanimidad y para ello necesitamos el conocimiento que se encuentra en otras dimensiones. Una persona que no contempla su mitad subjetiva, su mundo espiritual, es una persona en desequilibrio.

Además soy una gran amante de la antropología. Es por tanto la intención de este blog ser depositario de un saber que, por desgracia, se está perdiendo. Habrá reportajes sobre todos aquellos personajes que un día habitaron las aldeas y sendas de la España profunda, perdidas ya en otro tiempo: los calderines, las meigas, los espantanublados, arrepticios, estrelleros, etc. Quizá esto no sea exactamente brujería del cerco pero yo creo que en esencia sí lo es. Estoy hablando de personas que transitaron por el mundo invisible para recoger un saber y traerlo a esta realidad para beneficiar a la comunidad. Esos mundos invisibles siguen existiendo, están ahí pero se nos ha ocultado el acceso a esa privilegiada dimensión.

Creo que las gentes que trabajaban el campo, por su continuado contacto con la naturaleza, adquirieron un conocimiento hondo e increíble sobre el mundo y sobre el alma humana. Los que nos gobiernan tratan de destruir, con la siniestra globalización, ese conocimiento exclusivamente humano porque saben que es el único saber que podría conducirnos hacia la libertad. Por eso se desprestigia sistemáticamente a todos aquellos que nos dedicamos a sugerir otras posibilidades, otras realidades por las cuales puede transitar sin peligro y sí con inmenso beneficio el alma humana.

Soy una romántica, un quijote, una amante de ese mundo antiguo que se está perdiendo. Romántica e idealista porque aspiro, modestamente siempre, a despertar conciencias y creo firmemente que si la humanidad despierta irá recuperándose ese saber. Por eso, para que no se olvide, dejo constancia escrita de aquellos milagros y hechos extraordinarios que, hace no demasiado tiempo, eran cotidianos para las humildes y sabias gentes del campo. Esos admirados hombres y mujeres que tenían conexión con la Madre Tierra y que nos dejaron un legado tan impresionante que no pienso dejar que caiga en el olvido.

Este blog es un homenaje para todos ellos. En agradecimiento y profunda admiración. 

Espero que disfrutéis con la lectura de este blog tanto como yo lo hago escribiéndolo.

Marta Ruescas

Domingo 8 de julio de 2012