El Museo de la Brujería de Boscastle, en el condado de Cornualles, en Inglaterra, está dedicado por completo a la brujería. Tiene una de las colecciones más grandes y extensas de artículos relacionados con la brujería y con la Wicca. Es uno de los más famosos del mundo pues guarda una historia determinante para el desarrollo del paganismo en el siglo XX.
Fue fundado por Cecil Hugh Williamson (1909-1999) quien tuvo una vida interesante pues trabajó para el MI6 durante la II Guerra Mundial, trabajó también en una plantación de tabaco en Rodesia (hoy Zimbaue) y además de otros trabajos, en esencia, a lo que se dedicaba era a la brujería. Era un brujo y dedicó su vida a la práctica de la brujería y a su estudio.
En 1947 trató de abrir en el Reino Unido un museo donde guardar su colección de artefactos y herramientas de brujería, pero se encontró con la oposición local y hubo de abandonar sus planes y esperar hasta 1951, año en el que se legalizó la brujería en el Reino Unido. En un principio abrió el museo en la Isla de Man donde abrió un restaurante al que llamó The Witche’s Kitchen, La Cocina de la Bruja.
Gerald Gardner junto al Molino de la Brujería
Isla de Man
El museo es mítico no solo porque es el primer intento de otorgar a la brujería el interés que merece a nivel cultural sino porque fue caldo de cultivo para que muchas de las corrientes neopaganas que hoy en día están vivas, naciesen de los encuentros entre brujos y paganos que allí hubo. Y como muestra, un botón: Williamson contrató a Gerald Gardner, considerado el fundador de la Wicca. Ambos trabajaron durante un tiempo juntos pero debido a discrepancias, Williamson vendió el famoso molino a Gardner y después de muchas vicisitudes y diferentes ubicaciones por el Reino Unido acabó abriendo el museo en Boscastle, un pequeño pueblecito en el condado de Cornualles, su ubicación actual. Gardner, por otro lado, siguió llevando el museo original del molino en la Isla de Man hasta su muerte, en 1964.
Finalmente Williamson vendió el Museo de Boscastle a su actual propietario, Graham King, justo en la medianoche de Samhain, en 1999.
Visitar este museo es asomarnos a la historia de la brujería y del neopaganismo en general, un lugar donde se encuentra resumida la historia de unos tiempos difíciles y de otros tiempos más amables, donde la práctica de la brujería se legalizó y pudieron surgir todo tipo de cultos paganos y muchas figuras a las cuales hoy debemos mucho, pudieron escribir, publicar y practicar lo que durante mucho, demasiado tiempo, fue tabú e incluso estuvo castigado con la muerte.
No olvidemos que el hecho de que yo hoy esté escribiendo este blog y que vosotros lo estéis leyendo y además, practicando brujería en vuestras casas, lo debemos a personas que se atrevieron a dar la cara por la brujería en unos tiempos donde eso significaba jugártela. De hecho, Williamson antes de abrir el Museo en Boscastle, tuvo que cerrar el que tenía en otro lugar debido a la oposición de la gente y a los continuados ataques que recibió hasta con bombas incendiarias.
¿Pero qué encontraréis en el Museo de la Brujería? Existe una colección de herramientas y artefactos de brujería única en el mundo. La disposición actual, mejorada por Graham, conduce al visitante a través de diversos temas que nos aportan una perspectiva con respecto a la brujería y su práctica. Desde el neopaganismo con temas como la Rueda del Año, el Astado, la Diosa, etc. a la brujería más tradicional, con herramientas auténticas del Arte, estatuillas, libros, objetos, hechizos, amuletos, una sección dedicada a la Caza de brujas y otra muy curiosa dedicada a la magia cristiana, orientada a la expulsión del “demonio”.
Una historia de encantamientos, hechizos y magia natural que ha sido el trasfondo de la historia oficial del condado de Cornualles, un lugar con mucha tradición brujil. Todas las estancias contienen artefactos relacionados con nuestro Oficio. Un compendio de representaciones de brujas a través de la historia y la literatura. Antiguos dibujos y notas, tallas y esculturas, sombreros y escobas.
Muñecos para la magia simpática y la magia negra, hierbas, tambores, botellas, frascos, cuchillos y espejos para practicar el scrying. Una colección extraordinaria de amuletos, Calaveras que nos recuerdan la leve frontera entre la vida y el otro lado del cerco, donde vuelan las brujas. Incluso encontraréis una grabación de Aleister Crowley recitando uno de sus encantamientos.
Además, y uno de sus más interesantes atractivos, es que encontraremos objetos que han pertenecido a brujos reales así como objetos que fueron de personas clave para la historia del neopaganismo como el ya mencionado Gerald Gardner así como Alex Sanders, Janet Farrar o Doreen Valiente.
Aquí os dejo una galería con imágenes del Museo:
Interior del Museo. Objetos brujeriles
Botellas con todo tipo de encantamientos
Práctica del Scrying
Interior de otra sala
Stangs y cerámica de Mujer-liebre
(o la práctica del shapeshifting)