Mostrando entradas con la etiqueta Halloween. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Halloween. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de octubre de 2016

Las Mareas Estacionales


Estos días podemos ver como en las tiendas y en centros comerciales se está promocionando todo lo que tiene que ver con la próxima fiesta de Halloween, el Sabbat más importante del año, el Samhain. En los países católicos, esta festividad es conocida con el nombre de Todos los Santos, si bien, como casi todas las festividades católicas, es una cristianización de una festividad pagana que se pierde en la noche de los tiempos.
Ayer tuve que salir a hacer algunas compras. Recuerdo que hace no mucho tiempo me molestaba ver como nada más acabar Halloween nos llenaban los escaparates con la Navidad. Pero ayer vi asombrada e indignada que faltando todavía una semana para Halloween, todos los escaparates de los centros comerciales se han llenado de árboles de Navidad, de adornos y de Santa Claus y no queda ni rastro de Samhain. En los supermercados ya están los turrones y demás dulces navideños y no se puede comprar nada relacionado con Halloween, cuando la fiesta ni siquiera ha llegado.
Las mareas, la subida y la bajada de las aguas del océano, siguen un patrón regular. Resultan una forma práctica de indicar el paso del tiempo. Al igual que las aguas del océano, las energías de la Madre Tierra suben y bajan y también siguen un patrón muy concreto.
Las hojas de los árboles no se han caído todavía pues es ahora cuando empiezan a amarillear. Los caminos de árboles comienzan a llenarse de esa belleza espectacular y sublime de rojos, ocres, marrones y amarillos. El velo oscuro de la Tierra recién ha comenzado a tornar la Rueda del Año. La luz cálida y ambarina del otoño está empezando a atisbarse a la caída de la tarde, llenando de una bruma espectral el bosque. Los ecos de los ancestros surgen ya no tan midos desde lo más profundo de la tierra. La naturaleza se torna más silenciosa.
En brujería existe un folklore asociado a las estaciones, y mejor que llamarlo estaciones, se denominan mareas estacionales. Flujos de energía que van y vienen, una y otra vez, cada año. En un eterno retorno de lo mismo y que a su vez nos permite crecer y avanzar pues en esa cadencia que la energía asciende, como espiral, hacia el Cosmos y desciende hacia el inframundo, en busca del conocimiento. Para subir hay que bajar.
El mundo establece así un ritmo, unas mareas cuyos límites siempre son imprecisos pero que siempre marcan un estado de las cosas. Así en otoño, sobre todo en los días que rodean a Samhain, vemos como la Naturaleza se desprende de todo lo que ya no sirve. De todo lo que nació en primavera y ahora le toca morir.


Por el rabillo del ojo veo una hoja caer. La vi nacer en Walpurgis, también llamado Beltane, y ahora la veo morir. Y mientras la hoja cae, tomo consciencia de qué es aquello que también quiero que se desprenda de mi. La Madre es sabia y para aprender, debemos observarla y respetar su cadencia.
En otoño respiro la oscuridad, viene para mostrarme la mía. En otoño tomo consciencia de esa oscuridad y enciendo el fuego de las velas que han de mostrármela para echarla de mí. Si no echo aquello que ya no me sirve para mi propio crecimiento, ¿acaso podrá crecer algo nuevo?
Cuando Samhain pasa, sigue el proceso. Las hojas siguen amarilleando y siguen cayendo pero aún quedan muchas en los árboles. No será hasta cercano Yule, que caigan definitivamente. En este tiempo, al desprenderme de tantas cosas, dejo espacio para lo nuevo, para lo que ha de crecer cuando nazca de nuevo la Luz del Solsticio, la luz de Yule. Después esa semilla quedará guardada en el seno de la Madre Tierra y comenzará a nacer en Imbolc, el 1 de febrero, cuando la nieve comienza a derretirse.
¿Por qué quieren que yo emocionalmente me sitúe en el Solsticio si apenas acabo de empezar el proceso de interiorización al que gentilmente me conduce el Otoño? ¿Por qué se empeñan en que corramos tanto? ¿Con qué sentido? ¿Hacia dónde? Pues bien. Hacia ninguna parte y sí, sí lo hacen con un sentido. El capitalismo tiene como fin desincronizarnos del tiempo natural para convertirnos en autómatas, en seres sin rumbo. Es un ouróboros que se devora a si mismo hasta que ya no queda nada que devorar. No lo permitamos. Hagamos una revolución silenciosa que comience con nosotros mismos. Sin ruido. No les alertemos o prohibirán la brujería como ya lo han hecho tantas veces. Salgamos a la calle y respiremos la humedad de la tierra, la podredumbre de las hojas caídas y el olor de boniatos y castañas. Busquemos el resplandor ambarino entre las hojas de los árboles y el musgo fosforescente que nace de la humedad de la lluvia. Ahí está nuestro mundo, no en el suyo.
Marta Ruescas
Brujería del Cerco ® ©

El ambiente trae ya nostalgias de los difuntos.
Detende donde haya aire y los sentirás.
Catz Moon



viernes, 31 de octubre de 2014

Cuando los Muertos Regresan


Hoy es Halloween. El tradicional Samhain (pronunciar sow-en) celta y el Sabbat más importante para la brujería y el neopaganismo.

En estas noches, cada vez más largas, se celebran las noches de las ánimas, los días de muertos. Antiguas creencias que afuera de las ciudades tienen un significado muy hondo pues evocan unos días en los que nuestros antepasados sabían algo. Un misterioso algo. Un oculto saber que hoy en día no tiene cabida en una sociedad que cierra los ojos ante lo esencial, que no es más, y ahí es nada, que aquello que alimenta nuestro espíritu.

Los muertos han estado siempre presentes en nuestra cultura. En aquellas sociedades cerradas y aisladas de los pueblos, los muertos formaban parte de la vida. El culto a la muerte y a los difuntos se remonta a etapas muy tempranas y se ha podido descubrir debido a los restos de enterramientos que se han descubierto donde se encontraron huesos teñidos de rojo, separación de cráneos, disposición de cuerpos siguiendo linealidades astronómicas o geográficas así como la aparición de objetos junto a los cadáveres.

Los vivos, una vez que mueren, pasan a engrosar las filas de aquellas multitudes que intuimos que están al otro lado del velo, justo al otro lado de esa delicada frontera que separa la realidad física de la invisible, ese mundo que está al otro lado del cerco. Pero estos muertos no están quietos. Si bien para muchos la muerte es el fin de todo, para las personas que nos dedicamos a la brujería y a cabalgar en las noches de tormenta, sabemos que el trasiego de los muertos es idéntico al de los vivos. Son innumerables las historias que nos llegan sobre muertos que se aparecen o que se dejan ver veladamente. 

Muchos vienen queriendo dar un mensaje de vital importancia a un familiar vivo, otros quieren abrazarnos, algunos quieren venganza y otros muchos ni siquiera saben que han muerto. Unos quieren una misa, otros arreglar asuntos inconclusos. En cambio otros transmiten luz y transmiten paz. Pretender hacernos creer que no existen es cercenar nuestra espiritualidad. Somos seres trascendentes y al otro lado la actividad es febril.   

Este núcleo tan trascendente y necesario para comprender la vida es ignorado por la mayoría. Pero por mucho que se ignore, más tarde o más temprano uno de nosotros tendrá un encuentro, más o menos impactante, con esa realidad intangible. Es imposible permanecer ajenos a ella.

No suelo contar cosas personales en mi blog, pero no puedo dejar de contar lo que me ha sucedido estos días con respecto a algunos familiares que me precedieron y que ahora están en aquellos mundos elevados. Ellos sí están elevados, los hay que no, pero hablar sobre los asuntos de los muertos daría pie a crear un blog solo para ellos.



Muchos sabréis que recientemente he vivido un episodio dramático con un familiar que estuvo gravemente enfermo de forma repentina y que gracias al universo y a las fuerzas mágicas de la naturaleza ha sobrevivido y está bien. Aquellas noches yo no sabía qué iba a suceder y tampoco podía cruzar el cerco porque no tenía la serenidad necesaria para hacerlo así que me sentía completamente a oscuras. Pero cuando me quedaba dormida, esos dos familiares se me aparecían. Todas las noches, en muchos sueños y siempre me mostraban cosas que me tranquilizaban, sonreían mucho y estaban envueltos en una luz resplandeciente. Así que una mañana de aquellas me levanté y gracias a ellos supe que todo iría bien, como así ha sido. Nunca les estaré lo suficientemente agradecida.

Samhain es especial para mí este año, no tan festivo como otros pero cada cual ha de celebrarlo como le dicte su espíritu. En cuanto caiga la noche, en el momento preciso en el que el atardecer se transforme en noche, encenderé mi calabaza y el fuego de mi hogar y haré que no se apaguen hasta el amanecer. Cocinaré algo con calabaza y ya he preparado una mezcla de manzana, frutas del bosque, escaramujo, hinojo y canela para celebrar como al atardecer, los muertos queridos estarán pendientes de nosotros esperando una señal.

¡Feliz noche de Halloween para todos!

Suddenly, all of my ancestors are behind me. "Be still" they say. Watch and listen, you are the result of the result of the love of thousands. Unknown.

Dedicado a Joaquín Pueyo y Alfonso Ruescas. Siempre ahí.


jueves, 23 de octubre de 2014

El Altar para los Ancestros


Nos acercamos a Samhain, uno de los sabbats más importantes para la brujería tradicional. Es el Sabbat o la festividad que marca el comienzo de la Mitad Oscura del año. Es la fiesta de la última cosecha así que es un Sabbat de agradecimiento por cuanto hemos recibido en el año pero también, como todo lo que tiene que ver con la oscuridad, es una época de aprendizaje, a veces difícil y duro.

Samhain es una palabra del gaélico irlandés que hace referencia a la noche que transcurre entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre. Sam significa verano y fuin, final. En realidad la palabra proviene del proto-indoeuropeo siendo semo-* una palabra que significa igualmente verano, es decir, vemos como algunas culturas europeas no distinguían más que dos estaciones anuales: la mitad oscura, que empezaba con Samhain y la mitad de luz, que comenzaba con el Imbolc o Candlemass, el 2 de febrero.

Aparte de las festividades alegres  y divertidas de Samhain, popularmente conocido como Halloween (All Hallows Eve o Noche de Todos los Santos, así es traducido en castellano), hoy nos enfocaremos en la parte más trascendental de esta fiesta. Pienso que cada persona el libre de celebrarlo como quiera. Siempre se puede celebrar una gran fiesta y pasarlo muy bien, pues esa noche es para eso pero también podemos encontrar un momento para celebrar el significado real de esta festividad o al menos lo que significa para muchos paganos.

Samhain es una fiesta de los muertos. Si bien estamos señalando un día, es en estas fechas cuando su presencia se hace más patente si bien Samhain, al ser una fiesta de tránsito, de paso de una época a otra del año, se convierte en un momento fronterizo o liminal donde las barreras entre unas dimensiones y otras desaparecen y los mundos se hacen visibles unos a otros. De ahí su importancia. La antigua espiritualidad regresa en todas aquellas llamas que encendemos esa noche para honrar a los que nos precedieron.


Podemos honrar a nuestros familiares fallecidos o a nuestros ancestros del Oficio, los ancestros brujos, los poderosos antepasados que nos guían al cruzar el cerco por los siempre peligrosos y nunca predecibles caminos del otro mundo. Es a partir del Samhain cuando los muertos nos visitan y se hacen más visibles. Es posible que podáis percibirlos en sueños y algunos de vosotros, los que cruzáis el cerco, podéis recibir quizá inesperadas visitas. La puerta estará abierta hasta que vuelva a cerrarse tras el paso de Imbolc.

En el altar tenemos una forma directa de recordarlos. Podemos encontrar un pequeño rincón de nuestro hogar donde ofrecerles regalos y hablar con ellos. Contarles las cosas positivas que nos suceden y contarles nuestras preocupaciones y necesidades. Elevarles encendiéndoles velas y si ellos están bien, es una forma de que nos transmitan el estado en el que se encuentran. En ese altar podemos pedirles ayuda y consejo, es un lugar de respeto hacia ellos.

En el altar podemos colocar todo aquello que simbolice algo importante para nosotros, algo que nos vincule a ellos espiritualmente, tanto si es el espíritu de un familiar como un ancestro del oficio o guía espiritual nuestro. En ambos casos, sabremos qué ofrecerles. Quizá en el caso de un familiar sea algo más sencillo. Podemos colocar fotografías u objetos personales. Si es un ancestro brujo, todos aquellos objetos simbólicos que utiliza para comunicarse contigo como pudieran ser hierbas, huesos, objetos determinados, dibujos… Para los muertos es bueno ponerles agua, pues nos moveremos en el campo de las emociones. Y siempre velas, las llamas siempre han sido y serán un elemento clave de la brujería tradicional. En el caso de un altar para recordatorio de los muertos, encenderemos velas blancas o azules.

Si nos disponemos a hacer un trabajo más profundo que transciende el mero hecho de recordarlos, las velas han de ser negras y si es posible utilizaremos un paño negro para colocar encima los objetos. Siempre ha de estar presente la vara. Me estoy refiriendo a trabajos relacionados con la adivinación o solicitar determinada información o consejos desde el otro lado. Hablamos de comunicación más directa que implica un trabajo de cruzar el cerco. Recomiendo, si es posible, acudir al cementerio y recoger tierra de la tumba del difunto. Eso unirá más vuestro vínculo espiritual con él. Como siempre suelo aconsejar, solicitar permiso antes de recogerla y dejar en ofrenda tres monedas doradas. La Dama Oscura guarda los cementerios y nunca hemos de llevarnos nada porque sí. Nunca se ha de cruzar el cerco porque sí sino por razones importantes o, si es tu oficio, porque alguien te lo solicita y debes ayudarle. La tierra colocarla en un recipiente bonito, algo que honre su memoria y lo trate delicadamente y con respeto.


No olvidéis que el trabajo con los muertos es una de las tareas más esenciales de la brujería del cerco, si no la más. Como hemos comentado algunas veces en este blog, los brujos del cerco no creemos en dioses sino en los espíritus de la naturaleza y los muertos. Trabajamos con ellos, los honramos y desde luego, que mejor día para rendirles un homenaje que Samhain.

La semana que viene, ya previa a la noche de Halloween, seguiremos hablando sobre estos asuntos relacionados con los muertos y sus misterios.



El Altar para los Ancestros - (c) - Marta Ruescas

jueves, 31 de octubre de 2013

Los difuntos nos escuchan


Hoy ha llegado el gran día. Recibe muchos nombres… En la tradición celta y wicca, Samhain y en otras tradiciones Noche o Día de Todos los Santos, All Hallow’s Eve, etc. Siendo la fiesta más sagrada, para mí es, especialmente, la celebración o Sabbat más querido. Es el último festival de la cosecha y para las gentes del campo significaba el último día del año, cuando acababa el ciclo agrícola para comenzar el siguiente en un eterno retorno. Los misterios agrícolas y la brujería tienen mucho en común. Cuenta la tradición que los granjeros han de darse prisa en recoger todos los granos del campo antes de la puesta de sol del 31 de octubre porque si no corren el peligro de que todo lo que no se haya recogido antes de esa hora, se lo queden las Fae…

En el Compás ubicamos este sabbat en el Oeste, el lugar donde se pone el sol y los poderes de las neblinosas aguas son con nosotros. El hogar del Astado y donde comienza la tierra de los muertos, las dimensiones que recorren los difuntos cuando dejan esta vida para descansar y evolucionar como espíritus. Honramos este día, comenzando a escuchar en el silencio de los montes, los bosques y los páramos la estridente algarabía de la Cacería Salvaje. Hoy comienza la Mitad Oscura del año. Nos encontramos justo en el punto opuesto a la Noche de Walpurgis, que celebramos a principios de mayo.  Hoy volamos hacia el Sabbat vestidos de negro, en recogimiento, respeto y también alegría.

El Equinoccio de otoño es tiempo de honrar el rostro de la Dama Negra y el Caldero de transmutación que siempre agita entre tormentas, ventiscas, lluvia y hojas mojadas. Hoy se abre una Puerta. Como hemos hablado tantas veces en este blog, es un día de frontera, un espacio liminal que separa una estación de otra. Y como sucede en estos espacios fronterizos, la separación entre las dimensiones se hace más tenue, más fina y en ocasiones, dependiendo de diversas cuestiones, es inexistente. Es la noche para comunicar con los difuntos y con nuestros ancestros para recordarles y honrarles. Les dedicamos este día en agradecimiento por lo que compartimos con ellos, por lo que nos dieron pero sobre todo porque pensando en ellos y dedicándoles algunas palabras, hacemos que sus espíritus asciendan y evolucionen.

Siempre he sido de la creencia que la vida, después de lo que llamamos muerte, continúa. En esos espacios y en esos mundos donde ellos se encuentran, les llegan nuestros pensamientos y palabras de forma directa. Como si enviásemos un email. Mi afirmación no es baladí sino que se basa en mi experiencia como bruja del cerco y también en muchas lecturas e informaciones de grandes expertos en esta materia. A los muertos les alegra que nos comuniquemos con ellos y les ayudamos de forma inestimable cuando les dedicamos unas palabras y pedimos al Viejo Espíritu y a la Dama que les ayuden en aquellos tránsitos. Si has perdido a alguien prueba a hacer esto que te digo y verás como te reconforta y las cosas mágicas que te sucederán... Además, ellos siempre te ayudan a ti en agradecimiento. ¡Te sorprenderán!


Podemos también honrar a nuestros Ancestros, a todos aquellos que nos precedieron en el Viejo Arte. Y agradecerles el conocimiento transferido en tantos y tantos viajes al Sabbat, entre las llamas vivas, la algarabía y la música. Y también en el silencio de nuestro quehacer.

Por supuesto, este día el velo entre dimensiones es muy fino. Siempre advierto y nunca me canso que todo aquel que no tenga conocimientos ni haya tratado con el mundo espiritual se abstenga de hacer invocaciones pues en el otro lado hay multitud de espíritus y no todos evolucionados. Repito que hay que saber y si necesitáis contactar con algún fallecido os pongáis en manos de expertos. Si bien es cierto que tenemos protecciones, no siempre estamos física o mentalmente bien y estas entidades aprovechan cualquier grieta para “colarse”.  

En este blog ya hemos hablado de alguna tradición de Halloween, como la de tallar y encender calabazas así como de donde viene esta tradición. La costumbre de disfrazarnos viene precisamente porque los antiguos sabían del poder de este día y ante el miedo a encontrarse con entidades desconocidas, la gente se disfrazaba para pasar inadvertida y confundir a los que cruzaban a nuestra realidad desde los muchos mundos que al otro lado existen.

Hoy es un día de celebración pero también de respeto, cariño y memoria para todos aquellos que hemos perdido algún ser querido.

Dedicado a mi padre, Alfonso Ruescas (fallecido el 21 de enero de 2010)


Links anteriores de Brujería del Cerco sobre Halloween:
Cómo hacer una calabaza de Halloween
Historia de Halloween


miércoles, 31 de octubre de 2012

Celebrando Halloween: sabbat de Samhain



Mi altar de Samhain de 2011
 
Como prometí, os daré ideas para todos los que queráis celebrar el Samhain celta más conocido como Halloween.

He colgado esta foto del sabbat de Samhain que celebré el año pasado. La calabaza la tallé según las instrucciones que os di en otro post ; )

Cómo preparar el altar para el sabbat

Pentáculo. En el altar he puesto el pentáculo que es el símbolo de la brujería por excelencia. A mí me gusta colocarlo en el centro del altar. Las cinco puntas simbolizan los cuatro elementos más el espíritu del hombre, viviendo en armonía. Como veis, no está invertido. Si lo estuviera sería para invocar a entidades o energías de baja vibración, pero no es éste nuestro caso ;)

Calabaza. He puesto la calabaza con una vela en su interior para ahuyentar energías negativas. Como recordaréis, se tallan para que la estancia tenga luz toda la noche y los espíritus malvados no entren.

Una imagen de Hekate, la diosa de las brujas. Algún día hablaré de ella. En general y resumiendo mucho, muchísimo, diré que para mí simboliza a la Madre Tierra o parte femenina de la naturaleza. A su lado he puesto un ciervo que simboliza la fuerza masculina de la naturaleza.

Calavera. He puesto una calavera hecha de papel cartón que simboliza a los ancestros y a los muertos pues es la noche en la que los paganos les recordamos y honramos. También podéis poner fotos de personas queridas o familiares vuestros que hayan fallecido para rendirles un pequeño homenaje. Es su noche.

Vaso o cáliz. Suelo poner un vino especiado a modo de ofrenda. Después del ritual me lo bebo a su salud. Los brujos bebemos y comemos los frutos que nos regala la Tierra en nuestros sabbat. Al contrario que los cristianos que suelen beber vino diciendo que es la sangre del Cristo, lo cual me parece bastante macabro por caníbal y me recuerda bastante a los rituales sangrientos de la Hermandad que nos gobierna.

Vara. Con la vara los brujos redirigimos energías. Iré dedicando posts a las herramientas que usamos y lo que hacemos con ellas.

Un caldero. Los brujos damos mucha importancia a este elemento en nuestro altar. En el caldero, aprovechando la energía de esta noche mágica en la que acaba la Rueda del Año y comienza otra, escribo en un papel todas aquellas cosas que no quiero que me acompañen en el siguiente ciclo, invoco a Hekate y quemo el papel en el caldero con su ayuda. El caldero es el vientre de la diosa, el lugar donde todo se transmuta y transforma en algo nuevo. 



Lo demás que veis pues eso se deja a la creatividad del brujo. Yo he puesto velitas en colores típicos del otoño: naranjas, ocres, rojo, amarillos… Cuando paseo por algún parque recojo hojas caídas, castañas, ramitas, piñas, etc. que me sirven para los altares de mis sabbat.

Una vez celebrado el sabbat, vemos películas de miedo como no podía ser de otra forma. 


¡FELIZ HALLOWEEN!


lunes, 22 de octubre de 2012

Cómo hacer una calabaza de Halloween



Hola a todos. Hoy os voy a explicar como tallar una hermosa y terrorífica calabaza de Halloween. Como ya os he contado, la famosa calabaza desdentada y luminosa se llama Jack O' Lantern, en honor a Jack el Tacaño del que ya os hice referencia en otro post.
         
          Qué necesitamos:
  1. Primero compramos una calabaza bien grande en la que podamos dibujar y tallar a nuestro gusto. También quedan bien pequeñas pero la verdad es que es más difícil trabajar sobre ellas. Hace ya algunos años es muy fácil comprarlas en grandes supermercados. Tienen calabazas específicas para la noche de Halloween. 
  2. Un cuchillo de sierra.
  3. Un rotulador de punta fina negro.
  4. Un punzón (se puede comprar en una papelería, me refiero a esos punzones para agujerear papel. La carne de la calabaza es muy blanda). Otra opción es comprar kits específicos para tallar calabazas. Los encontráis a muy buen precio en Amazon. Desconozco si se venden en España.
  5. Una plantilla con una cara a elegir para nuestra calabaza. Aquí os dejo un link donde podéis descarlas e imprimir la que más os guste. (¡OJO! Al imprimir calcular el tamaño para que encaje en vuestra calabaza y la cara no quede desproporcionada).
  6. Una vela de té (las mejores son las llamadas "velas de té". Las encontráis muy baratas en los chinos).
Donde vayamos a trabajar, ponemos papel de periódico y colocamos la calabaza encima para no manchar demasiado. Tened en cuenta que tenemos que vaciar la calabaza y  podemos poner todo perdido. Un cuchillo de sierra para cortar bien la tapa de la calabaza y una cuchara para luego rascar el interior de nuestra Jack O'Lantern (así es como se conoce a las calabazas en el mundo anglosajón) y no dejar ningún residuo que facilite que se pudra antes de tiempo.


Como he dicho, cortamos la tapa de la calabaza con mucho cuidado de meter el cuchillo y recortar en vertical ya que si lo metemos de forma transversal corremos el riesgo de atravasar las paredes de nuestra calabaza.



Después tenemos que vaciarla bien, metiendo la mano y rascando con una cuchara sopera. Podéis tirar lo del interior a la basura o podéis guardarlo para hacer cosas con ello: con la carne podemos preparar puré de calabaza y con las pipas podemos tostarlas con sal en una sartén y obtener ricas pipas de calabaza.


Con la cuchara, rascáis bien el interior hasta dejar las paredes lo más limpias y lisas que podáis. No apretéis mucho la cuchara, solo lo suficiente para quitar las hebras. Si apretáis demasiado podríais romper las paredes de nuestra traviesa Jack O' Lantern.



Después, con un rotulador, dibujáis la cara que queráis que tenga vuestra calabaza. Para eso, podéis ayudaros de cualquier plantilla que encontréis por Internet. Os bajáis la plantilla, la recortáis, la pegáis con celo sobre la calabaza y con ayuda del punzón vais haciendo agujeritos en el contorno. Lo más cerca que podáis unos de otros.


Una vez tengáis marcadas con el punzón los contornos del dibujo, podéis meter un cuchillo pequeño de sierra fina y terminar de recortar. Empujáis por detrás y vais sacando los trozos...


Hasta que obtengáis este resultado. Metéis la vela encendida, apagáis la luz  y ya tenéis vuestra calabaza lista.



martes, 16 de octubre de 2012

El origen de las calabazas de Halloween



Todos relacionamos la fiesta de Halloween con la típica calabaza iluminada desdentada y sonriente que todos los americanos colocan en el porche de sus casas. Es indudable que es uno de los símbolos más conocidos de esta festividad y una de las cosas más divertidas que tiene esta fiesta: tallar la calabaza.

Nadie sabe exactamente cuál es el origen de esta misteriosa costumbre. Cuenta la leyenda que un tal Jack el Tacaño convenció al diablo para irse a echar unos tragos. Jack convenció al diablo para que se convirtiese en una moneda y así poder pagar la bebida. El diablo accedió. Pero como Jack era tan tacaño cogió la moneda y la guardó en uno de sus bolsillos, precisamente uno que contenía un pequeño crucifijo de plata. Esto hizo que el diablo quedase atrapado en la forma de una moneda. El diablo entonces le pidió que le liberara y Jack accedió a condición de que le dejase en paz durante un año. Justo al año reaparece el diablo  y Jack le convence de que trepe a un árbol  para cogerle una fruta. Cuando el diablo sube al árbol, Jack talla una cruz en el tronco y el diablo se queda atrapado arriba del árbol. Para poder bajar, el diablo le promete que nunca más buscará su alma. Cuando Jack murió no se le permitió entrar el cielo pero tampoco en el infierno pues el diablo mantuvo su palabra. Compadeciéndose de él, el diablo le dio un ascua encendida dentro de un nabo hueco para alumbrar su eterno deambular por la Tierra. La gente, durante la fiesta de Halloween, enciende calabazas para ahuyentar a Jack el Tacaño y a otros espíritus no deseables. 


Es obvio que esta leyenda, que es la que todos los niños conocen en la cultura anglosajona, tiene un cariz claramente cristiano. La presencia del diablo y la cruz así lo atestiguan. Probablemente un intento más de la mayoritaria religión católica por cristianizar una fiesta pagana.  Yo no creo que este sea el origen de tan misteriosa figura así que os voy a dar mi propia versión sobre cómo surgieron las enigmáticas y divertidas calabazas o Jack O’ Lanterns (Jack el de la linterna), como así se llaman en inglés.

Si bien éste es el origen popular, para los paganos que celebramos el sabbat de Samhain, el origen bien podría radicar en unos espíritus del bosque que desde siempre se han visto en parajes perdidos por todas las latitudes. Algunos los llaman luminarias y la casuística es mayor de lo que podamos pensar. Son muchas personas las que las han visto. Suelen ser luces no muy grandes que vagan por los campos a altas horas de la madrugada. Suelen desplazarse a un metro del suelo y se comportan de manera inteligente pues a veces acompañan a los caminantes manteniéndose a pocos metros de ellos. En otras ocasiones, van a gran velocidad y en otras alcanzan tal grado de luminosidad que durante unos segundos la noche se convierte en día. Algunos dicen que son fuegos fatuos, otros que son OVNIs y otros que son los espíritus de los muertos que vagan en pena… Pero el caso es que nadie sabe que son. Incluso se sabe de algunas que han agredido a seres humanos (el caso de Nicolás Sánchez, el Colás, en Cambroncino, comarca de Las Hurdes). Otras, la mayoría, parece que solo te observan. Espíritus buenos y espíritus malos… de todo hay. Las más conocidas de estas luminarias en España son La luz de Mafasca (Fuerteventura), La Luz del Pardal (Albacete)  y otras extrañas luces en otros muchos lugares que parecen venir de ninguna parte.

 
Luminaria. Las Hurdes 2005
 
Antiguamente las gentes que vivían en contacto con la naturaleza sabían que los bosques más intrincados y salvajes estaban poblados por extraños espíritus. Son los espíritus de los olmos, de las hayas, de los robles, del agua, de las rocas… Son los espíritus de un mundo que un día existió, que sigue existiendo pero que ya no podemos ver ni oír porque algo ha querido que no sepamos que todo está vivo y que tiene conciencia. Ese algo o ese alguien trata por todos los medios que los seres humanos creamos que solo existe lo que se puede tocar con las manos y no lo que se vislumbra cuando uno cierra los ojos y busca el silencio.
Pero como la gente tiene miedo de lo que desconoce, comenzó a tallar nabos, patatas y posteriormente calabazas y meter dentro una vela. Era su modo de exorcizar a aquellos espíritus de lo salvaje. Para esas gentes aquellas luminarias eran las almas de los muertos o duendes y seres de la naturaleza que parecían provenir de lo más oscuro de los bosques. Creyeron que, como decían los celtas, la noche del 31 de octubre los espíritus de los muertos salían de sus tumbas y recorrían la comarca en busca de incautos… Si no prueba a tallar una calabaza, encenderla y apagar la luz. Pareciese una luminaria con cara diabólica, el rostro del miedo y lo desconocido, que vaga sola por la habitación. Por eso encendían calabazas en sus puertas y ventanas para ahuyentar a aquellas extrañas luces que parecían conocerlo y saberlo todo. 



Continuará...

martes, 9 de octubre de 2012

Historia de Halloween




Con este post sobre la historia de la entrañable y deliciosa fiesta de Halloween comenzamos la serie de posts dedicadas a este sabbat. Hoy empezamos por su historia, para que todos sepamos de donde viene y seguiremos contando todo tipo de curiosidades y daremos sugerencias para celebrarlo de la manera más terrorífica posible con recetas, ideas para fiestas, canciones y cómo tallar una calabaza y que quede súper auténtica.

Los orígenes de la fiesta de Halloween se pierden en la noche de los tiempos. Es de suponer que sus orígenes se encuentran en el animismo. El animismo cree que cualquier elemento del mundo natural está dotado de alma y lo respeta y valora como energía afín. Nunca considera al ser humano como ser superior a las demás criaturas de la creación. Por eso se creía que el Sol era un Dios y como tal se le honraba. Los paganos creemos en esto. No pensamos que nuestros ancestros fuesen gentes supersticiosas sin cultura sino que sabían mucho más de lo que nosotros sabemos ahora. Algún día dedicaré un post a esta cuestión.

El sol siempre marcó las horas de trabajo y de sueño de unas gentes que vivían en contacto con la naturaleza. Indicaba los tiempos de siembra, de crecimiento y de cosecha. Los ritos más importantes que se celebran en las iglesias cristianas son simplemente reminiscencias de antiquísimos ritos paganos. El sabbat de Yule (sabbat pagano que celebra el Solsticio de invierno el 21 de diciembre) fue convertido en la Navidad cristiana por la Iglesia, por poner un ejemplo. En Yule nuestros ancestros celebraban que el sol regresaba al Norte.

La pagana fiesta de Halloween  al final del verano era una época de lamentación porque la fuerza del sol del verano declinaba si bien era considerada también época de celebración porque en Samhain (se pronuncia sow-en), nombre por el cual los paganos conocemos al Halloween, se celebra la última cosecha del año y es un día de agradecimiento a la Madre Tierra por los frutos y abundancia recibidos. Como curiosidad diré que de ahí proviene el conocido Día de Acción de Gracias norteamericano. 


Es una fiesta celta. Los celtas creían en la inmortalidad del alma y en que ésta pasaba de un cuerpo a otro al morir. Así quedó registrado en las crónicas romanas. Creían que el Dios de la Muerte en la última noche del año, pues para los paganos el 31 de octubre celebramos el fin de la Rueda del Año, se dedicaba a cosechar las almas de todos aquellos que habían muerto durante el año.

Samhain, para los pueblos celtas, significaba el comienzo de un largo y duro invierno que con frecuencia traía la muerte de muchos animales y personas. Incluso en aquellas fechas, el ganado más débil, era sacrificado porque se sabía que no sobreviviría al invierno y eran bocas menos que alimentar. Por esta razón, esta época del año, para aquellas gentes, significaba muerte.

En las casas se dejaban ofrendas de comida y bebida para los muertos, para honrarlos y sobre todo para pedirlos protección para la dura estación que se acercaba. Sabían que aquella noche que marcaba un umbral entre la Mitad Oscura del año y la Mitad luminosa era una puerta y, como tal, por ella se colaban espíritus de difuntos y seres de otras dimensiones vagaban por los campos cuando las primeras heladas de la temporada recordaban a las mujeres que tenían que tejer gruesas ropas para el duro invierno que se avecinaba.

Se creía que las hadas, que a veces eran confundidas con los espíritus de los muertos, vagaban por la tierra y llamaban a las puertas de las casas pidiendo comida. Aquellos que ofrecían comida a las hadas eran recompensados pero pobres de aquellos que no lo hicieran… De esta creencia viene la archiconocida tradición del “Truco o trato”.


El Papa Gregorio IV movió la festividad pagana de Samhain al día 1 de noviembre, con toda seguridad para distraer la atención de la gente del festival pagano y sustituirlo por una nueva festividad con carácter puramente cristiano: el Día de Todos los Santos. Pero a pesar de sus esfuerzos por erradicar las fiestas paganas que se celebraban por aquellas fechas en todos los pueblos y aldeas de Europa, no lo logró y las sencillas gentes del campo siguieron encendiendo hogueras, haciendo desfiles con música, comilonas para celebrar la abundancia de la última cosecha y disfrazándose con las pieles de los animales cazados en la temporada anterior.


El Día de Todos los Santos es conocido en inglés como All Hallows. Como Samhain era celebrado la noche víspera de 1 de noviembre, la celebración fue conocida popularmente como All Hallows Eve (Noche de Todos los Santos) y de ahí derivó el nombre que ha llegado a nuestros días, el popular Halloween, una variación de la palabra Hallow’even o All Hallows Evening. 

Continuará...