Mostrando entradas con la etiqueta Guardián del Territorio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guardián del Territorio. Mostrar todas las entradas

viernes, 1 de marzo de 2013

La Brujería se practicaba hace 70.000 años



Cuando alguien escucha la palabra “bruja”, automáticamente viene a su cabeza la imagen estereotipada de una vieja mujer llena de verrugas, con capirote y lanzando maleficios contra las cosechas y el ganado mientras vuela por los aires en una escoba. Desde la publicación del Malleus Malleficarum (El Martillo de las Brujas) en 1.486, nuestra imagen quedó deteriorada para siempre.

Pero dejando aparte las barbaridades que se cometieron, de las que ya he hablado en alguna otra ocasión, una de las consecuencias más graves de esta publicación fue hacer creer que la brujería era algo reciente, moderno, algo que había surgido de la noche a la mañana solo con el fin de hacer daño a la comunidad, a  las cosechas, al ganado y a todo aquello que entraba en la enferma imaginación de los inquisidores de turno, tergiversando así una práctica que nacería de la noche de los tiempos.

Pero los actos de la brujería no se remontan a hace 500 años. Hace unos años, la arqueóloga Sheila Coulson, de la Universidad de Oslo, hizo un impresionante descubrimiento en una zona montañosa dentro del desierto del Kalahari, en Botswana. Descubrió una cámara secreta dentro de un sistema de cuevas donde se llevaban a cabo rituales. Llegó a este descubrimiento por los significativos objetos hallados en el lugar así como los animales totémicos hacia los cuales había una clara veneración. Pero lo más alucinante de este descubrimiento es que esta arqueóloga ha podido demostrar que este yacimiento tiene 70.000 años, habiendo descubierto el ritual más antiguo conocido del Homo Sapiens.

La cueva del chamán. 
Fotografía de Derrick Birdsall

Este descubrimiento sitúa a la famosa estatutilla de la Venus de Willendorf (datada entre 22.000 y 24.000 años), uno de los objetos que se creían más antiguos, en una época mucho más reciente de lo que pensábamos al lado de los 70.000 años del descubrimiento en el Kalahari.

La brujería no surgió, como quieren que creamos, hace 500 ó mil años a lo sumo. Surge en aquellos tiempos donde unas gentes vivieron sin contaminación de ningún tipo: ni ambiental, ni social ni espiritual. Unos hombres y mujeres que a través de la observación sin intermediarios de los elementos de la naturaleza aprendieron a controlarlos a través de medios mágicos para beneficio de la comunidad y del territorio.

El Chamanismo es un sistema de ver la vida. Es una forma de entender la existencia con un fuerte sustrato religioso ya que posee una serie de númenes o deidades a las que se invoca y se trabaja a través del rito. Es, además, una religión de carácter autóctono, muy arraigada a las costumbres de una determinada región pese a que todos los chamanismos del planeta coinciden en líneas esenciales.

La brujería es heredera de este conocimiento y de esta forma de hacer Magia.

Aquí os dejo el link al artículo sobre el descubrimiento de la doctora Sheila Coulson:  http://www.apollon.uio.no/english/articles/2006/python-english.html

miércoles, 30 de enero de 2013

Los Espíritus del Territorio




Hoy haré una pequeña introducción a algo con lo que trabajamos en la brujería del cerco. Se trata de los Espíritus del territorio, espíritus de la naturaleza con los que habremos de trabajar codo con codo si queremos que nuestros trabajos mágicos “funcionen” para nuestro bien y el de todos, ellos incluidos.

En la antigua Roma se honraba a los llamados Dioses Lares. Estos “dioses” eran deidades guardianas de la antigua religión romana. Para el pueblo romano eran los guardianes de los campos, de las chimeneas, de las fronteras, de los cruces de caminos, de las casas, de las ciudades y hasta de los vecindarios.

Pero no solo en la religión romana sino que en la Brujería tradicional y especialmente en la Brujería del Cerco creemos en la existencia de unos seres numinosos que existen en ciertos lugares, que están ahí para proteger e influenciar todo lo que sucede dentro de las fronteras de sus reinos. Ellos son los númenes, espíritus de la naturaleza cuyos dominios traspasan los nuestros, que no lo son tal.

Estos espíritus del territorio no son adorados en recintos cerrados sino al aire libre: un pequeño pasto, un grupo de rocas, una extraña elevación del terreno, un territorio inusualmente frondoso... ¡Ah sí! Las Fae se encuentran allí donde los árboles crecen juntos... Se ven cuando te adentras por estos campos castellanos o subes más al norte y te adentras en territorio gallego encontrando reminiscencias de estos dioses allá por donde vas y no ha llegado la mano del hombre... Aquellos caminos apenas dibujados en un bosque que conducen hasta una gran piedra con ininteligibles marcas realizadas en ella. Más allá de la piedra no continúa el camino. ¿Una advertencia? ¿Una señal de que están ahí ?


Sí, lo están. Existen y preservan el territorio. Están asociados a una tierra, un territorio y mantienen el orden natural. El brujo o la bruja del cerco lo saben y por eso, cuando te trasladas a vivir a otro sitio, has de entrar en contacto con ellos y presentarles tus respetos y tu saludo bondadoso.

Energías que surgen de las profundidades de la tierra y que a su vez condicionan las características del territorio. Los espíritus son llamados por la tradición El Pueblo Escondido o Los Extraños. En alemán lo llaman Das stille Volk (el pueblo tranquilo). Son los poderes que emanan los antiguos bosques y los lugares poco transitados. Quizá trasciendan a las propias Fae… Los antiguos brujos sabían de estos poderes, los conocían y los trataban con conocimientos que hoy en día nos podrían parecer sobrenaturales o simplemente cuentos de hadas. Hablo de aquellos ensalmos, hechizos y palabras mágicas que eran transmitidos oralmente en los cerrados contornos de una tradición brujil y que consiguen apaciguar a un Hombre Rojo, un espíritu un tanto perturbador o hacer amistad con el sagrado Espíritu de un lugar.

Hablaremos poco a poco de estos seres y de su mundo. 


Los espíritus de las rocas
Montañas del Harz. Monte Brocken