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domingo, 15 de julio de 2012

Tejiendo el destino



Hoy voy a hablar del concepto de “destino” para los germánicos, una forma de entender el tiempo peculiar y a mi modo de ver, enriquecedora. Espero hacerlo con claridad y simplicidad porque es un tema complejo.

Para la mayoría de las personas destino es tener que moverse en la vida de una determinada manera, ir a ciertos lugares y conocer también a personas determinadas con ningún margen de libre albedrío o voluntad de cambio posible. Incluso si pudiesen haber elegido otra cosa, se hace lo que está determinado. Hay gente que piensa que nuestro destino está escrito quizá porque las religiones monoteístas se han encargado muy mucho de decirnos que hay un Dios Todopoderoso, el ojo que todo lo ve, que decide todo lo que sucede y poco podemos hacer al respecto porque ese Dios es algo lejanísimo y poderosísimo y siempre, todo lo que ocurre, es su voluntad. Nosotros, seres minúsculos y “pecadores” ni siquiera podemos tener la pretensión de ser los dueños de nuestro destino, esa remota posibilidad. En general, se tiene una falsa idea sobre la propia libertad de decisión. Para los pueblos paganos de Germania,  elegir libremente no es posible porque todo está ya determinado por la experiencia previa y única de cada cual. 

Para ellos, nuestro futuro está determinado por el pasado. Nuestra educación previa, nuestra cultura, experiencias, etc. nos han conformado, nos han dibujado de tal manera que las personas somos como somos debido a las experiencias previas. Somos el pasado porque nunca podrás tomar una decisión que no seas tú mismo porque si tomas una decisión, cualquiera que ésta sea, estás influenciado por toda la experiencia anterior. Leyendo esto podríamos pensar que para los pueblos paganos de Germania estaríamos igualmente abocados a un destino fijo y limitante. Pero no es así, es todo lo contrario. Para el paganismo germánico, el tiempo existe en dos estados principales: presente y futuro/pasado que son en esencia lo mismo. Si puedes cambiar el presente, y esto es lo más importante, el pasado cambiará. Cambiar el presente no es nada sencillo. Es dejar atrás el pasado, una forma de ser que sí estaba determinada por tu educación, la sociedad en la que vives, la familia en la que naciste, las etiquetas puestas por los demás y por las personas que influyeron en tu personalidad desde niño… Es tarea muy ardua, pero se puede hacer. Y se hace con voluntad y con conocimiento. Y es aquí donde nuestro Oficio tiene un gran peso.

En Brujería se llaman los Trabajos del Herrero. La forja del alma es todo menos sencillo. Si vas por un camino que te hace infeliz, que te impide avanzar como ser humano pero ante todo como ser espiritual, entonces tienes que cambiar de rumbo. Es el momento de transmutar todo aquello que te condiciona y cambiar el presente para que el pasado cambie al momento y el futuro también. Es el momento de situarte en la forja y de templar el metal. El carácter se educa en la tempestad y el talento en la calma. El uso sabio del oro que resplandece al sol imprime carácter, el cuarto creciente aviva el Fuego de Astucia y la sonrisa sabia del Viejo Nick se insinúa entre los rojizos resplandores de la fragua…

Por eso, en el momento en que hagas un acto que rompa esa línea de tiempo, el presente se convertirá en el pasado y por lo tanto cambiará tu futuro y tu destino. El brujo y la bruja colocan el hilo en la rueca y se disponen a tejer. La dinámica es siempre la misma: enganchamos el hilo, damos a un pedal para accionar la rueca y comenzamos a hilar y a generar, de una madeja de fibra, hilo nuevo para tejer. Siempre podemos hilar el mismo hilo pero también podemos introducir un nuevo hilo o un hilo de distinto color, grosor o textura.


La palabra anglosajona para destino es Wyrd, en alemán Wurth. Probablemente su origen reside en la palabra Urd, una de las principales Nornas de la mitología nórdica junto a Verdandi y Skuld. Urd lleva la connotación de destino y es la norna que hila los hilos en la rueca, lo que ha ocurrido, para que sus hermanas lo hilvanen y tejan con él las formas de las vidas de todos los seres. Ellas enseñan a quien quiera escuchar.

La Dama Holda es la patrona de las tejedoras, una actividad con enormes connotaciones mágicas y vínculos al otro mundo. Tejer fue siempre una actividad femenina y una artesanía con la cual las mujeres ganaban dinero. Se cree que fue Holda quien enseñó a las mujeres el arte de tejer mostrándoles como fabricar hilo de una madeja de lino. Ella siempre inspira, enseña y recompensa a quien ha trabajado duro. ¿Cómo? Tejiendo durante la noche para que cuando nos despertemos en la mañana veamos la recompensa a nuestro duro esfuerzo. La Dama Holda nos ha ayudado a tejer. De este simbolismo surgen tantos y tantos cuentos sobre doncellas apuradas porque tenían que hilar toneladas de lana para un rey ávido de dinero y poder y durante la noche, seres misteriosos aparecían ofreciéndose a tejer a cambio de regalos, no siempre éticos.


Hay un cuento que nos da la clave para entender qué es el destino: en Kyffhäuser, una zona montañosa de Turingia, unos niños vieron a la Frau Hulle tejiendo industriosamente y cuando ella los vio, les regaló lino. Todos los niños tiraron el lino excepto una pequeña, que se lo guardó, curiosa, en un bolsillo. Cuando llegaron a casa, los bolsillos de la pequeña estaban llenos de oro.

Los misterios del hilado enlazan con las mágicas y misteriosas noches del solsticio (The Twelve Nights) de invierno, cuando Frau Holle prohibía a las mujeres tejer durante esas noches por ser las noches del Desgobierno, cuando el orden de las cosas es revertido. Se creía que tejer durante esas noches podía hacer que nuestra vida se torciese. Ya hablaremos también de este tema aunque me gustaría, precisamente, dejarlo para la Estación Oscura, inspiradora de este tipo de relatos.


Resulta obvio que aquella niña, sabiamente, eligió ser dueña de su destino llevándose el lino (la materia bruta) consigo en vez de despreciarlo por su aparente insignificancia. Supo ver más allá. Percibió de forma inconsciente (la presencia de un niño en un cuento nos sugiere siempre las tareas del inconsciente) las posibilidades de transformación de ese hilo en bruto en algo mucho más enriquecedor. El oro simboliza la riqueza que se encuentra en trazar el propio destino. El proceso de la transmutación de la materia bruta en algo sutil, hermoso y consciente, bello y puro en esencia.

jueves, 28 de junio de 2012

La horca de las brujas


Hola a todos. Bienvenidos a Brujería del Cerco.

Hoy voy a hablaros de la horca de las brujas que en inglés recibe el nombre de Stang, que vendría a significar algo así como vara o palo. También recibe el nombre de Hay fork o spitchfork, cuya traducción literal sería tenedor para el heno. Según investigo sobre ella, me doy cuenta de que es una de las herramientas más complejas e interesantes de nuestro oficio.

La horca es un instrumento de labriegos y su uso en brujería es muy rico en matices. Como ya sabéis, muchas de las herramientas que usamos los brujos son herramientas que tienen que ver con la vida cotidiana (entendiendo por vida cotidiana la que tenían nuestros antepasados porque los que vivimos en la ciudad no usamos ya este tipo de objetos como es lógico): horcas, piedras de moler, velas, varas, calderos, etc. Ojalá pudiese vivir en un pueblo… Es un sueño que tengo hace mucho tiempo.

Si bien puede usarse una vara simple, muchos brujos optan por tener una horca acabada en dos o tres horquillas, hecha de madera siempre y sobre la cual se trazan sigilos y dibujos relacionados con los dioses o númenes que veneramos. También podemos colgar en ella otros objetos como plumas, llaves, piedras y otros símbolos relacionados con el oficio que practicamos. Objetos que al cruzar el cerco se convierten en potentes aliados para avanzar sin peligro. Algunas brujas ponemos un ganchito justo entre las dos puntas para colgar un farol, simbolizando el Fuego de Astucia y la sabiduría, la luz que todos los brujos compartimos. Otros clavan un pequeño clavo y ahí insertan velas simbolizando lo mismo. Otra representación que me gusta muchísimo, caso de no tener horca, consiste en coger una vara de madera de aproximadamente un metro o metro y medio y colocar en su extremo una calavera de cabra o de ciervo o la cornamenta de algún animal del bosque. Aquí debajo os dejo una foto con varios tipos de horcas que muestra muy bien lo que os explico.


El uso de la horca se relaciona de forma directa con la veneración de los animales con cuernos ya que desde la noche de los tiempos se ha sabido que los animales con cornamenta son animales imbuidos con un poder psicopómpico. Los cuernos actúan como antenas que conectan con las energías cósmicas y el conocimiento estelar y los animales portadores de estos apéndices son reconocidos por la Tradición por su sabiduría y poder. Por eso siempre los hemos venerado.

Uso de la horca
He encontrado algo interesante en un texto de Robert Cochrane sobre los diferentes usos de la horca. Me ha gustado lo que he leído porque me parece una forma interesante y profunda de entender cuáles son las usanzas de esta misteriosa herramienta.

Para Cochrane en la brujería existían tres ramas principales. La primera rama de estos misterios la encontramos en los misterios masculinos relacionados con el Astado. La segunda rama serían los misterios femeninos simbolizados por la Dama Blanca y las formas de tejer el destino y la tercera rama son los misterios necrománticos.

Según los misterios masculinos, y ésta sería la interpretación más común, la vara u horca representaría al Dios Astado, al Viejo Cabrío y las puntas de la herramienta simbolizarían su osamenta. Antenas que captan las energías cósmicas siendo fieles receptoras y transmisoras de los misterios de las estrellas. Para este uso el brujo coloca la calavera de un ciervo o de un cabrito y la inserta en la vara. Es una representación del Dios que, a su vez, eliminaría del altar cualquier necesidad de adornarlo con estatuas ya que en si misma, la horca sería el símbolo de la deidad y la fuerza o eje principal del mismo altar.


Según los misterios necrománticos, que aportan al uso de la horca una interpretación muy interesante que recoge Sarah Lawless en su interesante blog The Witch of the Forest Grove, es que ésta simboliza el Árbol del Mundo o Axis Mundi (Eje del Mundo) y que el brujo, cuando traza el Compás, en realidad estaría abriendo una entrada a ese Árbol del Mundo desde el cual accedemos a los tres Mundos. Por esta razón la horca simboliza la montura que los brujos usamos para cabalgar hasta el Sabbat, para trazar el ya mencionado Compás y abrir puertas y para conectar con la Nwyvre o serpiente telúrica.

Su fuerza necromántica es simbolizada en la representación del Fuego de Astucia (Cunning Fire) que encendemos entre ambos cuernos. Esta representación no tiene tanto que ver con lo masculino o con lo femenino sino con los Muertos y los Ancestros.


Los misterios femeninos. Estos misterios, para mí, merecen un post aparte debido a su riqueza antropológica y su complejidad. Lo haré. De momento unas breves líneas que anuncian lo que para mí, como bruja, es esencial en mi práctica del Oficio.




La horca es un instrumento femenino porque, y aquí volvemos a perdernos en la noche de los tiempos, antes de la invención de la rueca, las mujeres usaban la horca para fabricar hilo. Afortunadamente he encontrado un par de imágenes en Internet de lo que quiero decir. Fue entonces la principal herramienta de las mujeres que practicaron Brujería. Es precisamente este misterio femenino el que enlaza con las Moiras, con las Parcas o tejedoras del Destino, concepto importantísimo para la Brujería del Cerco.

Espero que os haya gustado este breve pero completo recorrido sobre el uso de una de las herramientas más mágicas que existen. En el próximo post ahondaré más en los misterios femeninos y daré algún ejemplo de cómo hacer un hechizo usando la horca.