Estatuilla greco-romana
Genius cucullatus
Son conocidos con su nombre
latino, Genii Cucullati, plural de Genio Cucullato o “genio encapuchado”.
Por toda Gran Bretaña y la Galia
francesa existen pequeñas piezas de altar en piedra donde están representadas
unas figuras votivas talladas en la misma piedra y en ocasiones en bronce, de
género masculino si bien no se puede asegurar, que llevan una capa y una
capucha. En ocasiones se representa un ser encapuchado pero en muchas
ocasiones, sobre todo en Inglaterra, aparecen de tres en tres siempre.
Si bien estas figuras se asemejan
al dios greco-romano Telesforo, ayudante encapuchado de Asclepio, dios romano
de la medicina, el genio cucullatus ha sido reconocido como un ser peculiar y
propio de las culturas celtas.
Estos misteriosos seres
encapuchados provienen de la tradición popular, espíritus menores conectados con
la sabiduría popular, los ritos agrícolas y la sanación. Invocados y honrados siempre
por las clases populares. Quizá porque las caperuzas y las capas a lo largo de
la historia son utilizadas por espíritus, demonios o dioses lares, nunca por
dioses mayores. Así que, se piensa que probablemente esos seres encapuchados
que recorrían los caminos no transitados en la noche, eran seres a los que se
les pedían favores de protección, cuidados de las cosechas y todas aquellas
actividades cotidianas de la vida campesina.
Aparecen en los Cuentos de hadas
como enanos, gnomos o brownies. Quizá no sean lo mismo, pero se asemejan y,
desde luego tienen mucho en común pues todo lo que nos ha llegado de ellos en
el folklore nos habla de que eran deidades de la Madre Tierra y espíritus
asociados al quehacer del hombre y a la actividad de las casas. En esencia
espíritus guardianes. Esto entronca con las leyendas de brownies que vivían
incluso en casas y mansiones como aseguran numerosos testimonios de gentes que
llegaron a verlos y a convivir con ellos en unos tiempos que se han perdido en
el tiempo y han sido enturbiados con la ofuscación del academicismo más radical.
Es muy famoso el caso de Loch Fyne,
en Escocia. Dedicamos un post a esta bonita historia. John Brand, un anticuario
inglés que se dedicó a recopilar las crónicas de su pueblo contaba: No hace demasiado tiempo,
toda familia de cierta enjundia en estas islas estaba encantada por un espíritu
al que llamaban Browny y que hacía distintos tipos de trabajos; Y esta fue la
razón por la cual las familias para las que trabajaba le hacían ofrendas de los
distintos productos que daba la tierra. Así, muchos, cuando el browny batía su
leche o fabricaba su cerveza, echaban leche en el agujero de una piedra para
que la pudiese beber. La llamaban La piedra del browny. Pero en los últimos veinte o
treinta años apenas ya se le ha visto. En contadas ocasiones.
Según Ellis Davidson, académica inglesa
y estudiosa del paganismo europeo, afirma en su libro Dioses y mitos en la Europa septentrional que “es evidente que el genius cucullatus es la imagen de un espíritu guardián conectado
con el mundo natural, íntimamente ligado a granjas y fincas de labranza. Guardaban
el ganado, ayudaban en los establos y asistían al granjero en las labores de la
tierra y en la cosecha del cereal y eran cuidados por la gente como seres
beneficiosos de la familia”.
Museo de León. España
Si bien el folklore está lleno de
testimonios de encuentros con seres encapuchados, vestidos de negro y
normalmente de elevada estatura, no creo que éste sea el caso. Estos casos se
siguen produciendo pero considero que son otro tipo de seres, no benéficos. En la
naturaleza existen espíritus y seres que no son beneficiosos para el hombre, dándose
casos de ataques violentos.
Hace unos meses hablamos de los
Espíritus del territorio. Aquellos espíritus ligados a la naturaleza que
trabajaban íntimamente con nosotros en un tiempo que los podíamos ver y ellos a
nosotros. Un tiempo en el que las conexiones sagradas seguían intactas. Aquella
época en que las luces y los seres más extraños recorrían los bosques y los caminos.
Antes de que la “ciencia”, por llamarla de alguna manera, los convirtiese en
mito y las recopilaciones de cuentos y tradiciones orales en ángeles anodinos
en el mejor de los casos y en el peor, ángeles, seres de dudoso proceder.
Spirit in a Hood, espíritu con
capucha… No sabemos bien quiénes eran esos encapuchados. Pero sí sabemos que eran
esos espíritus que guardan cualquier territorio y que siempre estuvieron allí,
aunque nosotros hayamos construido e invadido sus territorios con nuestras
ciudades. Creer en ellos es la llave para verlos. La realidad es mágica pero
depende de uno verla así o no.