Como recordaréis, más o menos por estas fechas hablamos de un sabbat o celebración mayor para la brujería tradicional: el sabbat de Candlemas. Nos hallamos en mitad de la estación de invierno. Ya va quedando menos para la primavera, si bien todavía pueden sucederse muchos días y noches de frío intenso, de escarcha y nieve. Pero Candlemas, Imbolc para la Wicca, que honra a la diosa Brigit, es un tiempo de promesas. Para mí siempre ha simbolizado la promesa de la primavera.
En el punto álgido del gélido invierno, en mitad de esos días donde no sientes las manos, cuando el frío te corta la cara y hace que duela, de repente una mañana descubres, al abrir la ventana, que la luz del sol brilla con más intensidad y que un agradable calor templa tu cara y tu espíritu. Te das cuenta que los pájaros cantan más alegres y que pronto las copas de los árboles se llenarán de nidos. Entre la nieve, algún brote se abre paso a pesar del hielo. Son las Campanas de Candlemas (Candlemas bells).
En España, numerosas fiestas populares celebran lo mismo. Se cristianizó como Candelaria, pero en algunos pueblos se llama la Fiesta de las Candelas o Fiesta de la virgen de Candelaria. Son numerosos los lugares que celebran fiestas en torno a las candelas, luces o velas. Santiago del Campo (Cáceres), Cuéllar (Segovia), Almendralejo (Badajoz) y Santuario O Corpiño (Pontevedra) son sólo cuatro ejemplos de estas fiestas populares que, como es habitual, nada tienen de cristianas.
Es costumbre en Almendralejo quemar las Pantarujas o Peleles, que son representación del mal. Los vecinos del pueblo almacenan durante días maderas y trastos viejos para realizar, el día 2 de febrero, piras artísticas. Es una forma de purificación de sus hogares. En otros lugares se bendicen las candelas o velas que se van a necesitar durante todo el año para que nunca falte en los hogares la luz, tanto física como espiritual.
Y esa es la clave. Candlemas o Imbolc es una luz espiritual, una luz que purifica y que limpia aquello que nos hace mal. Lo aleja de nosotros y por eso encendemos luces esta noche y este día, para que ésta nunca nos falte y que espante a todo aquello y a todos aquellos que nos dañan. Es un rito conocido como limpieza primaveral. Buena época para limpiar nuestros hogares y tomar baños rituales. Se trata de dejar espacio, quitando lo viejo, para que crezca lo nuevo. Es curioso como los cristianos celebran en Candelaria la “purificación” de la virgen. De nuevo aprovecharon una fiesta pagana, que se remonta a tiempos anteriores a los romanos, para barrer para casa.
Candlemas Bells
Buena época también para hacer purificaciones con agua y con fuego de nuestras herramientas mágicas. Podéis establecer unas palabras o cantos para, con el poder mágico de la palabra, limpiarlas y prepararlas para seguir usándolas. Es una forma de reforzar su poder espiritual.
En vuestra mesa de trabajo el Fuego, que siempre está presente en brujería tradicional, representa el fuego de la forja. La que moldeará y templará vuestro espíritu. La representación del dios Sol, pues si de veras he de creer en un dios, creo en el Sol, como entidad consciente de la que depende nuestra vida y nuestro crecimiento espiritual. Un brujo del cerco sabe que todas aquellas cosas y seres que resplandecen, tienen conciencia.
En estos días puede verse en los aires a la Cacería Salvaje, guiada por la Dama Holda, por Odín o por la sagrada Perchta, númen que auspició mi nacimiento y mi infancia y que me ha inspirado siempre, regresando al inframundo, replegando alas y perdiendo fuerza y voz a medida que el calor del Sol se hace paso por entre los campos y deshiela los ríos. Invocamos a la luz para que visite nuestro hogar y haga brillar el cristal de roca, piedra fundamental para potenciar nuestros trabajos y que abre nuestra clarividencia entre otras muchas cosas.
Los bosques y los campos comienzan a teñirse de verde. Pronto llamarán a los viejos practicantes del Oficio para practicar el sagrado Arte del Wortcunning, el conocimiento sagrado de las plantas y restablecer el vínculo mágico entre los espíritus y nuestro quehacer.