Paracelso afirmaba en su libro Philosophia Oculta: “Las salamandras se
han visto con la forma de bolas de fuego, o lenguas de fuego, corriendo por los
campos o mirando en las casas”. Se creía que eran como lagartos o culebrillas
que ciertas personas podían ver saltando entre las llamas de un buen fuego.
Los egipcios, caldeos y persas,
en ocasiones, confundían a los espíritus del fuego con dioses debido a su
radiante esplendor e inmenso poder. Los griegos, siguiendo el ejemplo de
culturas anteriores, deificaron a las salamandras encendiendo fuegos perpetuos
en su honor.
Conectar con los elementales del
fuego es fundamental para conectar con este poderoso elemento y aprender a
interpretar su sabio, certero y mágico lenguaje.
Cada llama contiene el espíritu
de un elemental del fuego. Siempre que haya fuego o calor, hay salamandras. Os invito
a que contactéis con ellas y observéis qué tienen que deciros. Ellas son
fuego y el fuego siempre nos indica un cambio. La magia siempre busca
transmutar una situación en otra. Su brillo es el brillo de tu mente.
En otro post que escribí hace tiempo, El lenguaje de las llamas, dedicamos una introducción al lenguaje oculto de las velas. Os invito a su
lectura. Allí hablábamos de la fascinante magia de las velas. Una magia
sencilla, a nuestro alcance y, precisamente debido a su sencillez, muy eficaz y
poderosa.
Hoy vamos a seguir hablando de la
magia de las velas y su curioso lenguaje. Como os dije en aquella ocasión, las
velas siempre nos responden. Los movimientos de las llamas nunca obedecen a la
casualidad. Comprender esto es muy importante en magia pues como algunos ya
sabréis, nunca existe nada por casualidad, sino por causalidad. Todo,
absolutamente todo, obedece a una causa. Así que los movimientos de las llamas
y el comportamiento de la vela os estarán dando una información valiosísima
sobre el ritual o hechizo que estáis elaborando:
Llama que se inclina hacia la
derecha. Pronto recibiremos buenas noticias respecto al asunto por el que
preguntamos. Nos indica que el hechizo se va a resolver de forma favorable y
positiva.
Llama que se inclina hacia la
izquierda. Nos indicaría todo lo contrario. Es posible que las cosas no
resulten como pretendemos. Solución negativa y poco favorable.
Llama normal: una vela que se
quema de forma regular, con una llama normal tirando a alta y que no llora nos
indica que todo el proceso va a salir bien, tal como lo hemos previsto y
trabajado.
Llama con aura: si la llama de la
vela tiene a su alrededor un aura especialmente dorada, nos puede indicar un
gran éxito pero además una presencia espiritual muy fuerte, bien sea de seres
espirituales afines o de algún difunto que nos protege u otro ser luminoso y protector que nos guía desde el otro
lado. Es muy buena señal, buena fortuna, éxito y protección.
Vela a la que le cuesta prender. Puede
indicar que el espacio espiritual en el que estás trabajando está sucio o
cargado de mala energía. O también indicar que no estás muy concentrado.
Punta del pabilo brillante. Mucha
suerte y éxito.
Vela que se quema despacio: es un
mal augurio. Una llama débil o pequeña nos indica varias cosas que apuntan a
que lo que estamos trabajando va a encontrar fuertes resistencias, obstáculos y
dificultades y existe mucha probabilidad de que no salga bien. Puede indicar
que quizá no sea el momento adecuado para hacer el hechizo. Siempre podemos
intentarlo en otro momento y, desde luego plantearnos que sería mejor elaborar otro ritual diferente y más potente o hacer una profunda limpieza de las energías relacionadas con el asunto que trabajamos.
Vela que llora mucho. Hay dificultades
para tener el éxito deseado así como mucha carga emocional mal canalizada. Aquí hemos de tener en cuenta
la forma de las lágrimas y sugiero que nos dejemos llevar por la intuición. Observar la vela y sentir qué nos quieren decir sus formas. Una pequeña pista para empezar es que si la cera que cae tiene formas regulares es algo más
positivo y si la vela deja formas variadas e irregulares, sobre todo en forma
de punta, debemos tener precaución. Es una advertencia. En ocasiones, forman figuras totalmente reconocibles que nos ayudan a
mucho a interpretar la información que nos dan.
Llama pequeña y que chisporrotea:
cuando nos encontramos con una vela que tiene una llama pequeña y poco potente
pero además chisporrotea y llora mucho, tenemos una prueba de que hay alguien
trabajando contra nosotros. Prueba de que están haciéndonos brujería.
La vela se quema rápido: es muy
buen augurio. Una señal clara de que lo que hemos pedido se va a dar sin
demasiados obstáculos, de forma fluida. Si la vela la hemos encendido para
magia defensiva, nos está diciendo simple y llanamente que la persona que nos
ha hecho mal está recibiendo de vuelta lo que es suyo.
Elevación repentina de la llama. Buen
augurio. Buena suerte, prosperidad, consecución de proyectos... Es una respuesta a que el hechizo va a tener gran éxito.
Elevación repentina e inmediato
descenso de la llama. Advertencia a tener en cuenta pues nos avisa de situaciones delicadas, altibajos
extremos y en definitiva, que surgirán problemas.
Si la llama se apaga es una mala
señal. Significa que algo no saldrá e incluso puede indicar mala suerte. Yo en este caso
recomiendo lo mismo que cuando la vela se quema despacio. Que diseñemos otro
ritual, que elijamos otro momento y desde luego, que desechemos la vela y
usemos una nueva. No es bueno usar la misma vela de nuevo aunque esté entera.
Humo. Nos indica que se están
quemando las malas energías y que se está entrando en un periodo de limpieza y
purificación.
He escrito estas pequeñas indicaciones basándome en mi propia experiencia ya que el mundo de la magia con velas es fascinante y complejo. Aprenderlo
es cuestión de tiempo y práctica. Incluso algunas de estas “reglas” podrán
variar de persona a persona ya que cada uno aprende un propio lenguaje de símbolos para
comunicarse con los numerosos reinos espirituales. Os invito a que practiquéis con pequeñas preguntas y busquéis vuestro propio lenguaje de comunicación con las salamandras.