Esta noche ha comenzado, a las 4:29h de
la madrugada, el otoño. Mi estación predilecta del año. Para la brujería
tradicional, esta estación es mágica porque contiene la entrada a la Mitad
Oscura del año, un tiempo donde se manifiestan todo tipo de fenómenos de los
que ya hemos dado buena cuenta en este blog, precisamente en esta entrada de la
que os dejo la referencia: La Mitad Oscura.
Curiosamente, anoche se fue la luz de la
zona donde vivo. Nos quedamos sin luz toda la noche, las calles, las casas… Justo
vivo en la linde de la población y ahora que escribo esta frase me doy cuenta
de que no puede ser casualidad. Más allá de mi casa solo hay campo. Se da la
casualidad que acabamos de pasar la fase de Luna Nueva por lo que no había
ninguna luz en el cielo. Para colmo, tampoco se veían las estrellas porque
nubes de lluvia cubrían todo. Me asomé un rato a la ventana y me quedé un rato
contemplando la poco habitual oscuridad. Y en ese momento me di cuenta de cómo
debió de ser la vida en la Tierra hace no tanto tiempo, cuando no existía la
luz eléctrica. De hecho hay algunas poblaciones cercanas que no han tenido
alumbrado hasta hace cincuenta años. Anoche todo estaba, literalmente, como la
boca del lobo. ¡No se veía nada! Cuando mis ojos se acostumbraron a la
oscuridad, tan solo se atisbaban algunas formas de árboles y arbustos
diseminados por el campo. Un poco más allá, todo era oscuridad. Y de esa
oscuridad del campo, podías esperar que saliese cualquier cosa. Incluso, en
ocasiones, me pareció ver moverse algunas cosas…
La aparición de las misteriosas luminarias o la Santa Compaña en parajes tan oscuros como el que yo vi anoche debía ser poco menos que estremecedor.
Me pregunto lo que debió de ser en
aquellos tiempos la llegada de la noche para nuestros antepasados. Y comprendí
la importancia tan enorme que tenía el fuego, la luz, para ellos. En aquellas
noches de la Mitad Oscura del año donde en cada casa se invocaba a la luz
encendiendo la chimenea, la gloria o candiles y velas para poder ver algo en
esa gran oscuridad.
Para quienes no sepáis qué es la gloria,
os diré como curiosidad que en Castilla y León, muchas casas de pueblo tienen
este antiguo y eficaz sistema de calefacción inspirado en el hipocausto romano.
Un hogar o chimenea escondida debajo de una trampilla situada en el suelo de la
casa. Por allí se introduce la paja o los sarmientos, que son de combustión
lenta. Una serie de galerías recorren, bajo el suelo de la casa, las
principales dependencias y el humo sale por una chimenea o humero empotrado en
el muro. Así, las dependencias del piso inferior estaban caldeadas todo el día
y en estos parajes donde los inviernos son durísimos, era y es un gran sistema
de calefacción. De ahí viene la frase “estar en la gloria” como sinónimo de
estar muy a gusto, pues aquellos que estaban en las habitaciones encima de la
gloria estaban calentitos, secos y confortables.
El fuego era importantísimo para para aquellas gentes. Y es además uno de los cuatro elementos básicos para
trabajar brujería. Los elementales asociados al fuego son las salamandras, pero
no el animal, sino una forma astral conocida con ese nombre. En ocasiones son
vistas en forma de bola de fuego, otras veces son tan rápidas como un destello.
La tradición feérica también recuerda haberlas visto como seres vestidos con
capas y capuchas rojas.
El fuego es un elemento misterioso pues
adquiere muchas y variadas formas hasta casi parecer sobrenatural. Los
espíritus del fuego están relacionados con la creatividad, la energía vital y
con el espíritu. El fuego genera luz y nos aporta energía para comenzar
cualquier acción o movimiento. Nos aporta coraje y valentía, enciende nuestra
pasión y nuestro entusiasmo. El fuego es además símbolo de nuestra visión
interior, del fuego creativo. El fuego es la luz del sol, el calor del
desierto, la especial llama de una vela o el calor de un buen fuego en la
chimenea.
Como todo en la naturaleza, puede llegar
a ser muy destructivo pues tiene, como los demás elementos, el poder de guardar
la vida pero también de destruirla. Es siempre salvaje, indomable
y peligroso y por esa razón habremos de saber utilizarlo en nuestros
encantamientos o conjuros. Si lo usamos para destruir, deberíamos aprender
primero a usarlo pues podemos causar
grandes males. En cambio, podemos invocarlo para trabajar todo lo que tiene que
ver con la transmutación o la transformación. Es el fuego que calienta el
Caldero de la Gran Madre, el recipiente que transmuta lo que ya no nos sirve en
algo completamente nuevo que se convertirá en alimento para nuestro espíritu.
Es el Espíritu de la Forja, del herrero, concepto tan básico y fundamental para
la brujería del cerco.
Lo usaremos también para limpiar y
purificar. Recordemos todos los rituales que se celebran en la Noche de
Walpurgis y las fiestas del Solsticio de verano cuando encendemos hogueras y
las saltamos para purificarnos o quemamos papeles con todo aquello que es
viejo, que nos perjudica o que nos hace daño para dejar paso a lo nuevo que ha
de llegar. O las hogueras cercanas al Samhain o Halloween, mi sabbat más
querido.
En Halloween, entre otras cosas,
encendemos hogueras para hacer que la tierra sea fértil. Las cenizas de los
fuegos sagrados se esparcen sobre los campos de labranza para transferir el
vigor de los Espíritus del fuego a la tierra. Es también símbolo poderoso de
protección, por eso en estas fechas oscuras es común ver procesiones de gente
llevando antorchas para invocar esa protección espiritual.
El fuego es también asociado con la
fuerza vital, con la energía que insufla la vida, es decir, la energía del
espíritu. Las mujeres saltan las hogueras para invocar fertilidad y los hombres
virilidad.
En brujería del cerco, de hecho creo que
en toda la brujería tradicional, solemos encender un fuego a la caída de la
tarde y no dejar que se apague. Ese fuego ha de permanecer encendido porque
para nosotros, por nuestras fuertes creencias en los espíritus de la
naturaleza, simboliza el espíritu que habita nuestro hogar. Mantener el fuego encendido
es un acto de profunda espiritualidad pues representa nuestra íntima conexión
con esos poderes del territorio.
Mi corazón palpita con tus palabras.
ResponderEliminarDesde hace más de un año que empecé a ahondar en el Sendero, casualmente con tu blog, pues tus palabras siempre me han acompañado, me han llegado muy hondo. Una forma muy parecida de ver el mundo, porque reflejan mi interior a la vez que salen de tu interior. Algo no fácil de explicar.
Siento lo mismo en estos días y el Fuego, ese gran elemento! Te invito a leer la última entrada de mi blog, pues en esencia expresa muy parecido ;)
Humildemente te digo, muchísimas gracias por tu labor aquí. Un abrazo
marta...tengo una duda...si siento cosas extrañas...a veces veo cosas q van a pasar , y cuando le deseo a alguien el mal le pasan cosas malas....y lo siento si te molesto..pero es q soy brujo...?
ResponderEliminarme podrias contestar sinceramente..?
ResponderEliminarHola Luna, las cosas que dices podrían ser características que tiene un brujo, pero tampoco afirman completamente que lo seas. La brujería es algo más que todo eso y es un camino que tú misma has de descubrir. Me encantaría poder decirte si lo eres o no, pero no estaría siendo sincera.
EliminarTe sugiero que vayas poquito a poco leyendo cosas en este blog o que compres algún libro sobre brujería y estés muy atenta a tus sentimientos... Si lo sientes dentro, es que lo eres. Si estás en este blog... es muy probable que lo seas. Nada sucede por casualidad ;)
Un abrazo.
Precioso escrito Marta, gracias una vez más.
ResponderEliminarPara mí, nuestra fuerza interior debe ser como ese fuego en el que nos refugiamos: Encendido, avivado, mantenido y vigilado; Trato de recordarlo todos los días, esa llama la prendo desde mi interior para que alumbre mi camino, la visualizo. He observado que cuando esta práctica se convierte en rutina, distingo los acontecimientos que pasan por mi vida y los que debo dejar ir: se van y esos que son beneficiosos se quedan, Visualizar y sentir ese fuego me ayuda a darme cuenta de lo que realmente es importante en la vida.
Te deseo un precioso otoño, gran abrazo.
María
Marta, no hace falta que publiques este comentario.
ResponderEliminarJo, no sé cómo explicarme... Estoy pidiendo por vosotros, os quiero muchísimo y si necesitáis algo de nosotros, no dudes en pedirlo.
Te mando un abrazo tremendo lleno de fortaleza y cariño.
Soy María, la que fue a verte a Valladolid este pasado mes de agosto ...
JL SE RECUPERARÁ.
Os quiero.
hola marta,
ResponderEliminarpodrías publicar algo sobre los círculos de hongos, llamados también hexenkreis? no he podido averiguar mucho este tema y creo q es muy interesante.
gracias adelantado y te felicito por tu blog, me encanta :)
Alicia
Hola Marta,
ResponderEliminarjustamente cuando comenzé a leer tu blog tuve un suenho con unas "brujas" que volaban o levitaban. No me querian hacer danho pero una de ellas me arrastraba, su capa era negra y tenía un vestido rojo. Esto me recuerda a lo que describes como salamandras. Piensas que puede estar relacionado?
Gracias,
Rocío
Supongo que cualquier cosa en exceso es destructiva, fuego, tierra, chucherías, aspirinas... Pero los elementos son lo más primigenio, lo más básico. Que siempre han formado parte de nuestro entorno, es muy curioso.
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