La nieve cubría el bosque y el silencio era absoluto. Los cristales de
la ventana estaban cubiertos de escarcha pero a través de ellos mirábamos la
nítida y clara noche estrellada. La luna, casi llena, iluminaba varias millas a
la redonda y entre los árboles, las hojas, húmedas, reflejaban el intenso
brillo estelar. Como todas las noches del Solsticio de invierno, esta era muy
especial y los niños esperábamos, en silencio y en puro nerviosismo, la llegada
de las Tres Madres. Aquella Noche de Paz habrían de llegar volando por el cielo
y traernos los esperados regalos.
Iluminado el sagrado Árbol de Yule, una tenue luz, cada vez más
intensa, emergía de la cueva sagrada con la madre tierra y el niño sol, que
cuidadosamente habíamos decorado con ramas y hojas de árboles de invierno,
acebo, musgo y muérdago. Alrededor de las figuras esenciales, habíamos recreado
con barro brujas, misteriosos seres mágicos y espíritus de la naturaleza que
portaban pequeños candiles que iluminaban aquel portento. El niño resplandecía
e iluminaba toda la cueva, el Sol que habría de nacer al final de aquella noche
sagrada, la promesa de un prometedor amanecer.
He escrito este pequeño relato que me recuerda las tantas y tantas noches en que de niña las esperé...
Es la Noche de las Madres, la Modraniht, un culto ancestral de la
maternidad que se celebraba aquella noche donde se esperaba la llegada de las
Tres Madres por los niños que vivieron en la Europa anterior a la llegada del
cristianismo y que las esperaban como hoy nuestros hijos esperan la llegada de
los Tres Reyes Magos o de Santa Claus. Aquellos tres seres mágicos viajaban por
los cielos portando los dones de la maternidad, de la magia y de los buenos
consejos. Allá donde un niño nacía, eran invocadas para que otorgaran al recién
nacido habilidades y capacidades que le habrían de acompañar toda su vida
beneficiándola. Era celebraba la noche anterior al día de Navidad, en España la
llamamos Nochebuena.
Las amas de casa disponían cena y
bebida para las Tres Madres, dejando tres cuchillos y vajilla en la mesa para
que éstas pudiesen comer. Guardianas de la sagrada llama de vida del recién
nacido, eran conocidas con el nombre de Perchten,
las luminosas, y según nos cuentan algunos
viejos relatos, eran vistas por los niños en el silencio y la oscuridad de sus
dormitorios. Ellos decían que unas señoras de blanco venían a su cama y que no
les hablaban, solo les observaban. Eran las Madres que tejían el destino del
mundo y eran llamadas por las madres para que otorgaran a sus hijos bienes
materiales, protección y sabiduría en ceremonias cargadas de simbolismo y
religiosidad que se encendían a lo largo de toda la noche.
Un culto primordial a unas
deidades femeninas que otorgaban dones, que velaban del clan familiar, de una
región, de un niño y que eran invocadas en las frías noches cercanas al
solsticio para obtener consejo. El historiador Beda el Venerable (s. VIII),
monje benedictino que vivió en el norte de Inglaterra y que documentó lo
relativo a aquel culto en la Britania pagana. Él hablaba de una noche de las
madres que se festejaba la víspera antes del día antes de Navidad. Se han
encontrado más de mil piedras votivas y altares representando a estas
misteriosas deidades femeninas. Se han encontrado talladas imágenes que
muestran tres mujeres que suelen sostener cestas de frutas o niños y restos de
ofrendas, probablemente en agradecimiento por los dones recibidos. Esta representación
de tres mujeres nos recuerda a la Triple Diosa, la Diosa en su fase de niña,
madre y anciana respectivamente.
Así que mañana por la noche, en
el silencio de la noche, verás a las Tres Madres sobrevolar los tejados de las
casas y podrás aprovechar para pedirles consejo y protección. Tres misteriosas
luminarias que estas noches cercanas al Solsticio les son consagradas. Quizá recuerdes
cuando hace ya unos miles de años la creencia en estos tres espíritus de la
naturaleza estaba profundamente arraigada entre la gente y las fiestas en su
honor encendían de calidez y luminosidad y llenaban de ricos aromas las casas
de aquellos que nos precedieron.
Precioso!!! Feliz Yule...besos
ResponderEliminarCreu
Gracias :) Que estos días del Solsticio sean propicios y protejan las semillas de todo lo bueno que está por llegar.
EliminarCuanto sentido empiezan a cobrar las fiestas que hasta ahora solo se han aprovechado para tener a la gente sumisa y que consuman cosas que no necesitan. Se había perdido el sentido espiritual, el pedir consejo a las madres sabias, no era importante y ya ni se consideraba. Gracias y feliz Yule.
ResponderEliminarP.D. Tienen algo que ver con los reyes magos?
Gracias, Ana. Efectivamente, los Reyes Magos tienen mucho que ver. Ya hablaré de las famosas cabalgatas de la Mitad Oscura del Año. Otra prueba más de como el cristianismo es una religión pagana disfrazada de lo contrario. Es curioso como en Roma condenan el paganismo y ellos mismos lo son. Feliz Yule.
EliminarQue preciosidad de relato! Bienvenida la luz!! Feliz Yule a todos! Un abrazo.
ResponderEliminarNo importa que hoy no sea Yule ni nada de todo eso lo que me intereso es el relato de las tres madres, fijate que en el relato de la Cenicienta de Walt Disney estan las tres diminutas hadas que vienen a salvar a la ninia recien nacida de la malvada bruja, es decir que estas tres haditas vendrian a ser las tres madres, aparte de estar tambien relacionadas con los tres reyes magos de los catolicos mujeres transformadas en hombres jajajaja que terrible en fin la cosa es que en varios relatos aparecen estos tres personajes justo en el nacimiento de un bebe. Muy interesante este relato. Me gusto mucho. Perdon por opinar fuera de fecha pero me resulta interesantisimo.Abrazos ninia.
ResponderEliminarHola Sol Firewatwer,
EliminarTranquila, puedes opinar sobre cualquier tema cuando quieras. Me alegra mucho que te guste el post sobre la Modraniht.
Efectivamente, llevas mucha razón. Los cuentos de hadas son grandes depositarios de la sabiduría popular. De ahí que digo que los brujos tradicionales no leemos solo libros sobre el Arte sino que recurrimos al folklore y a la antropología, entre otras cosas, para aprender aún más cosas.
En La Bella Durmiente, cuyo título original era El Sol, la Luna y Talía, recoge la creencia popular en la invocación de estas tres Madres Sabias que asistían a los nacimientos de los niños.
Cuando llegue la fecha, retomaré este tema tan interesante. Como bien dices,los Tres Reyes Magos son una copia casi literal de esta tradición. Hay muchas más... Las Cabalgatas también son paganismo puro.
Muchas gracias por tu aporte.
Un abrazo y feliz domingo!