Somos parte integral de la Madre Tierra. Estoy segura de que muchas veces te despiertas y piensas que no eres importante, que nada tienes que aportar. Que quizá lo que das es muy poca cosa... Pero tú no tienes la culpa de pensar así. El problema es que nunca antes nadie te dijo que cada persona que nace en este planeta viene con un don y que ese don es diferente al de todos los demás. Es un don mágico y especial. Una de las tareas de la vida consiste en dar rienda suelta a nuestra creatividad para averiguar qué hemos venido a hacer aquí.
Al lado de mi casa hay un parque. En ese parque hay dos árboles muy, muy antiguos. Son dos algarrobos. Pues bien. Resulta que una tarde, volviendo de dar un paseo cuando ya casi anochecía, me quedé mirándolos porque de repente fui consciente de algo que nunca antes había llamado la atención... el tronco de uno de los dos árboles tenía un rostro masculino, como de gnomo o duende muy sabio y quizá más antiguo que el propio mundo. El otro árbol tenía una energía femenina. No sé por qué me di cuenta, lo supe. Los árboles tienen espíritu y el suyo era femenino. Quizá lo supe porque aquel atardecer estaba especialmente relajada...
Algarrobo
Hoy
me gustaría que si te apetece mires un árbol y trates de descubrir algo mágico en ese
árbol, algo que te llame la atención. Sobre todo que estés atento a lo que la contemplación de ese árbol te hace sentir... Por si no lo sabéis, los árboles son grandes sabios y consejeros. Se les da muy bien escuchar... Quizá podráis elegir un árbol como confidente y con paciencia y cariño esperar a descubrir como en poco tiempo surge una conexión entre ese árbol y vosotros. Haced la prueba y si os apetece, os invito a compartir vuestras experiencias en este blog.
Espero que os animéis. De veras que estos pequeños y sencillos ejercicios de conexión con la Madre Tierra os van a ayudar muchísimo a corto plazo.
Gracias a todos y un abrazo.
Siento la necesidad de compartir que me encantó la experiencia mágica de contemplar el árbol de la foto y es impresionante la presencia poderosa que se percibe, me dan ganas de estar allí acogida en ese árbol. Voy a contemplar los arboles que están cerca mio, gracias porque nunca había visto los árboles de esa forma y en realidad ellos son seres tan vivos como nosotros.
ResponderEliminarQuerida Carolina,
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado la experiencia. Es alucinante contemplarlos y aprender a sentir lo que te transmiten. De veras que se establece una conexión asombrosa entre ellos y nosotros. Sucede magia.
Será un placer que compartas conmigo y con los lectores del blog todo lo que te apetezca.
Encantada de conocerte. Un abrazo y bienvenida :)
A mi desde siempre me ha gustado ir a abrazar árboles, es maravilloso y muy especial, es una conexión muy espiritual...
ResponderEliminarA mi desde siempre me ha gustado ir a abrazar árboles, es maravilloso y muy especial, es una conexión muy espiritual...
ResponderEliminarBuenas.
ResponderEliminarHe estado paseando un poco por el blog y la verdad es que me ha sorprendido el enfoque de una tematica tan "peculiar" como la brujeria.
Soy bastante ignorante de este tema, pero me gusta dejarme guiar por la intuicion y llegar hasta aqui ha sido un acto de rastreo de las pistas que esta me ha ido dejando.
Te escribo por primera vez en esta entrada porque me encanta la conversacion con el entorno natural y en especial con los arboles.
Lo que mas me fascina de ellos son las raices, de hecho tengo una serie de fotos de raices bastante chula (o al menos a mi me lo parece, jajaja). Yo vivo en la sierra y es maravilloso encontrarlas en su recorrido hacia el agua sobresaliendo del suelo. Es como encontrarse con dedos nudosos y fuertes que se sujetan a el con firmeza pero sin ansiedad, en una simbiosis dificil de explicar si no se esta delante, observando ese abrazo atemporal.
En fin, que yo tambien me apunto a tu recomendacion y suscribo el final de tu entrada, no sabemos lo que nos ayuda en el dia a dia el conversar con la madre hasta que lo probamos.
Un saludo
Pablo
Buenas.
ResponderEliminarHe paseado un rato por tu blog y he de reconocer que me ha encantado.
Soy totalmente ignorante del mundo de la brujeria, pero la forma en la que has orientado este lugar ayuda ha leer tranquilamente y comprender lo que se esta leyendo.
Llegar hasta aqui ha sido seguir el rastro de miguitas que mi intuicion ha ido dejando y he de agradecerla que lo haya hecho porque me ha gustado mucho lo que he leido hasta ahora. El dejar mi primer comentario en esta entrada es por una razon muy sencilla; me encantan los arboles, y en especial sus raices (tengo una serie de fotos de raices muy chula, al menos para mi, jajaja).
Me apunto a tu reflexion final de forma incondicional, no somos capaces de comprender hasta que punto nos ayuda la conversacion con la madre tierra hasta que no lo experimentamos. Yo vivo en la sierra y en cuanto tengo un momento disponible me escapo al rio. Unas veces me tiro una mañana escuchando su palabrerio, otras me animo a buscarle las cosquillas con la camara de fotos... pero la mayoria del tiempo me dejo llevar entre los pinos, robles, encinas y demas habitantes permanentes de un paisaje, la pedriza, lleno de magia.
Y son estas pequeñas "excursiones" las que oxigenan mis problemas hasta o bien oxidarlos por viejos y caducos, o bien llenarles de un aire nuevo que los aligera y los eleva por encima de si mismos hasta encontrar su solucion.
Si, como tu bien haces, yo tambien animo a tod@s a ejercitar esa union con la madre.
Un saludo
Pablo
Tengo que comenzar contando que nací en el desierto, tener un árbol era en mi niñez, un lujo, mantenerlos vivos y hacer que tomaran el tamaño de un verdadero árbol, tomaba mucho esfuerzo, económico principalmente...
ResponderEliminarCuando era niña, un vecino muy amable, le regaló a las casas de nuestro pasaje (6 casas), uno o dos árboles por casa, en mi casa tocaron dos, al no tener automovil, teníamos algo mas de espacio... nos regalaron a todos una especie llamada coloquialmente como "aromo"
Mis dos aromos crecieron mucho, buscando en libros (no habia internet) encontré la forma de abonaarlos con sus propias hojas caídas, de conservar la humedad en la base, etc. Me dediqué a mis dos árboles con mucho cariño.
El que daba a mi izquierda me atraía mas que el de la derecha, creo que hasta le prestaba mas cariño, por lo mismo, el arbol de la izquierda era mas fuerte y mas forndoso ¿no?... como niña lo llamé serafin, yo le hablaba, le cantaba.... dejpe de sufrir depreciones infantiles, porque fuí victima del matonaje infantil en la escuela... ahora tiene un nombre gringo muy lindo, bulliyng. La cosa es que si, los arboles tienen una sabia energía.
Pasado el tiempo y por diversas razones, los vecinos fueron cortando los árboles, los mios fueronlos ultimos. Despues de una tormenta de arena y viento, las ramas quedadon peligrosamente enganchadas al tendido electrico, entonces el municipio fue a podarlos... un desvaste masivo en pleno verano... ambos murieron y mi padre los cortó finalmente, pese a que llore y supliqué que dejara al Srafín, que seguro, segun yo, retoñaría... no retoñó y mi padre lo quitó... despues de mucho llorar, mi padre accedió a dejar el tronco en casa y lo convirtió en una banca, despues de tantos años, aun sigue la banca ahí y cuando me siento a descansar, puedo sentir la calma que estando vivo me daba.... no creo que sea sujestión.
Bien, ahora vivo en otro lugar, donde hay campos y bosques, soy una mujer de desiertos y mar, el campo y el bosque son lugares algo ajenos a mi... Camino a mi casa hay un canal, en el canal hay un sauce y desde que llegué a este lugar, cada vez que salgo a caminar, pudiendo tomar otros caminos, el sauce me hace ir a él, tocar sus ramas, olerlo....
Eso, esa es mi experiencia con los árboles
;)